El término artritis proviene del griego “articulación” e inflamación.
Puede producirse por muchas causas, como por ejemplo, un traumatismo, una infección, mecanismos autoinmunes… A veces produce dolor y hay pérdida de movilidad.

En la naturaleza podemos encontrar varias plantas que ayudan a la flexibilidad de las articulaciones, como son la gaulteria (Gaultheria procumbens), el eucalipto azul (Eucalyptus citriodora), el tomillo marroquí (Thymus satureioides) y el katrafay (Cedrelopsis grevei), entre otras.

¿Cómo los obtenemos? Para conseguir su poder terapéutico se extrae su esencia mediante una destilación por arrastre de vapor de agua, de forma que el aceite esencial obtenido conserve todas las moléculas que nos puedan ayudar en diversas patologías.

Aceite de eucalipto. Ayuda a aliviar rápidamente un foco inflamatorio. La posología recomendada vía interna es tomar dos gotas de eucalipto, tres veces al día, mezcladas con miel, azúcar de caña o aceite de oliva. Y vía externa, aplicando tres gotas en un masaje en los puntos de dolor y a lo largo de la columna. En zonas de piel sensible hay que diluir el aceite esencial en otro aceite vegetal como el de árnica.

Tomillo marroquí. Para dolores de articulaciones, por vía interna, tomar dos gotas tres veces al día, mezcladas con miel o aceite de oliva. Y vía externa, aplicar sobre el tórax o zonas adoloridas.

Katafray. Es un arbusto de Madagascar que proporciona un aceite esencial a partir de su corteza. No se usa en vía oral, solo tópica, también es un buen descongestivo circulatorio.

Gaulteria. Por vía externa. Calma el dolor en caso de artritis y reumatismos: tres gotas de aceite esencial, más tres gotas de aceite vegetal hipérico, tres veces al día.