BAGUIO, Filipinas. AP.  Las autoridades filipinas enviaron ayer más de 200 ataúdes adicionales a la región norte del archipiélago para enterrar a las víctimas de tormentas, incluyendo una familia de ocho personas que quedó sepultada por una avalancha de lodo.

El saldo de muertes en el país por los deslizamientos de tierra y las inundaciones era de más de 600 desde que tormentas consecutivas azotaron al norte de Filipinas el 26 de septiembre. Centenares de personas seguían desplazadas y los daños de las peores inundaciones en 40 años son calculados en centenares de millones de dólares.

La cantidad de muertos es tal que en algunas partes se quedaron sin ataúdes. Más de 200 féretros de madera ensamblados en provincias vecinas iban a llegar a Baguio, donde estaban planeados más funerales, dijo el director regional de situaciones de desastre Olive Luces. 

La ciudad de Baguio, organizó un entierro para una familia de ocho personas.