Acepción de personas

Acepción de personas

POR LEONOR ASILIS
Una de las faltas mas graves contra la caridad es caer en la acepción de personas. Santiago nos lo advierte hoy en la segunda lectura del calendario litúrgico, en Santiago 2: 1 – 5. Veamos: “Hermanos míos, no entre la acepción de personas en la fe que tenéis en nuestro Señor Jesucristo glorificado.

Supongamos que entra en vuestra asamblea un hombre con un anillo de oro y un vestido espléndido; y entra también un pobre con un vestido sucio; y que dirigís vuestra mirada al que lleva el vestido espléndido y le decís: «Tú, siéntate aquí, en un buen lugar»; y en cambio al pobre le decís: «Tú, quédate ahí de pie», o «Siéntate a mis pies».

“¿No sería esto hacer distinciones entre vosotros y ser jueces con criterios malos?” El diccionario explica el significado de Acepción: es el hacer diferencia entre una persona (o cosa) y otra basado en preferencia (prejuicio) personal y no en razones o méritos de cada uno en particular. En este aspecto es claro que Dios no hace acepción de personas sino que trata a todo el mundo por igual, y la Palabra de Dios nos enseña a no hacer tal diferencia en nuestro trato con los demás.

La dignidad humana no se mide por la cantidad de dinero que una persona tenga; sino, por ser hijo (a) de Dios. En ese sentido, todos nos debemos amor por ser hermanos en Cristo, y el amor no es excluyente, no divide, por el contrario, une, incluye, nos hace copartícipes.

Santiago no nos dice aquí que el ser rico es pecado. Uno no es pecador por el simple hecho de tener dinero. El pecado está cuando su búsqueda por el mero hecho de acumularle o malgastarle se convierte en una obsesión, llegando a niveles de idolatría. El rico no se condena por su abundancia. De hecho, no conocemos si en el relato de este pasaje bíblico cuales eran las condiciones espirituales del rico que se menciona. Lo que si es evidente, es la falta de quien concede mayor atención al rico que al pobre.

Qué esta reflexión nos motive a cuestionarnos interiormente, ¿Cómo es mi cristianismo, a la luz de esta prueba tan práctica? ¿Amo y respeto a todos sin tomar en cuenta su posición socioeconómica?

No debemos olvidar que una de las evidencias de que uno es cristiano es la manera en que trata a otros. Pidámosle a Jesús la gracia de vivir en su amor, y que sepamos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, evitando el favoritismo, y procurando tratar a todos con misericordia como El mismo nos ha enseñado, y que nunca caigamos en este error.

leonor.asilis@verizon.net.do

Publicaciones Relacionadas

Más leídas