Aceras con identidad propia adornan la Zona Colonial

Aceras con identidad propia adornan la Zona Colonial

Algunas de las calles de la Zona Colonial de Santo Domingo  no solo tienen aceras con distinta formación, sino con peculiares detalles que adornándolas, las hacen tener identidad propia.

En las primeras aceras que se construyeron en el año 1936 en la Ciudad Colonial, encontramos varias de ellas que se iniciaron en la parte llana de la urbe y al llegar a los terrenos de mayor altura existentes en la parte norte, tuvieron que transformarlas y colocarles escalinatas, también debido a que en ese alto ya  habían fabricado viviendas.

Casos como este aparecen en las calles Santomé, José Reyes, Duarte, 19 de Marzo y Hostos, pero en éstas dos últimas tuvieron que ponerles una fuerte baranda de metal galvanizado, la cual ha durado tantos años  sin  oxidarse gracias a que  siempre las mantienen pintadas para conservarlas. En la de la calle Hostos tienen la diferencia de haberle agregado, intercaladamente, varios faroles, los cuales son únicos en una acera colonial. 

En las de las calles Restauración, Vicente Celestino Duarte y General Cabral tuvieron solamente que construir  unas aceras largas que en cada tramo se elevan un peldaño consecutivamente.

Sin embargo, la calle Emiliano Tejera, al terminar en el cruce de la Hostos, es singular: allí la acera del lateral sur es tan elevada que las personas, desde el doblez curvado que tiene en ese final para descender el declive, no van erguidas, sino que ladean un poco el cuerpo para atrás.

Una de las calles presenta una larga baranda de concreto en una parte de ella. Se trata de la José Gabriel García y esta “baranda” se encuentra en el tramo situado desde el inicio de la calle Hostos hasta el cruce con la Arzobispo Meriño.

Está colocada en una extensión que corre aproximadamente unos 60 metros de largo, y presenta unos balaústres con un grosor de seis pulgadas, los cuales son los únicos existentes en la Zona Colonial, y  cuyo remate -con un grosor de tres pulgadas y un ancho de medio metro- está separado por seis tramos, cada uno con un hondo hueco cuadrado donde antaño tenían sembradas matas.  En la calle José Reyes la acera correspondiente a las casas números 6 y 8 es singular, debido a que al borde presenta cinco barras de metal de cuerpo rectangular cuadrado cuya parte superior es piramidal, las cuales están separadas, pero unidas por  una larga cadenita.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas