Acerca de libertad y acontecimientos

Acerca de libertad y acontecimientos

Es que parece que nos han cambiado el país. Día a día los periódicos y los noticieros locales nos traen noticias espeluznantes. Hoy, jueves 13 de febrero, la prensa trae en primera plana estos titulares: “Delincuencia asfixia Villa Consuelo”, “En San Pedro de Macorís, abogada mata pareja, hiere a su novia y a otra joven y se suicida”.

Es que se ha producido un sorprendente giro en la conducta de mucha gente en cuanto a la libertad accional. Es que hay un desorden, un mecanismo estatal de permisividad e impunidad, que va permeando de estrato en estrato, empeorándose a medida que, como un brebaje maldito, empapa nuevos territorios. Algunos piensan –o dicen creer– que es falta de educación. Yo no lo creo. Es falta de disciplina nacional.

En cuanto a la educación, me referiré a lo que dijo el eminente Mahatma Gandhi cuando la UNESCO le pidiera su opinión acerca de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Mi madre, que no sabía leer, pero que era una verdadera sabia, me enseñó que todos los derechos que vale la pena tener y preservar proceden de obligaciones perfectamente establecidas. Por eso, el mismo derecho a la vida nos lo ganamos cuando cumplimos con nuestras obligaciones como ciudadanos del mundo. Partiendo de esta declaración fundamental, quizá sea bastante fácil definir los deberes del hombre y de la mujer, relacionando cada derecho con un deber correspondiente y anterior. Cualquier otro derecho no sería más que una usurpación por la cual no valdría la pena pelear”.

La libertad tiene una faceta positiva y otra negativa. Acerca de la positiva diremos que ésta necesita un clima de orden para florecer.

Y eso nos falta.

A medida que el mundo ha ido avanzando en sus conquistas materiales, se ha ampliado enormemente la escala de elecciones que el humano tiene a su alcance. Igualmente, con la evolución mundial, una cantidad de ideas que a través de los siglos estuvieron rebotando en la mente de algunos hombres inquietos y de pensadores, y que nunca trascendieron más allá de los estrechos círculos de élite, hoy, puestas al día, son ampliamente publicadas y comentadas. Éstas ayudan a confundir al adolescente y al adulto, deslumbrados por los insospechables logros de la tecnología que avanza a pasos gigantescos, por frases tales como “nueva moral”, por hechos como la legalización de la homosexualidad masculina y femenina, la expansión del uso de drogas que alteran la mente y la conducta así como la desaparición del pudor, ya tenido como una antigualla.

En realidad, nada es nuevo, salvo las magnitudes, el descaro y la aceptación apática.

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