Acerca de lo mío

Acerca de lo mío

Las realidades están anulando los ideales. No hay vocación de sacrificio, sino de beneficio; la belleza no interesa, sino la utilidad; no perfección, sino mayor producción; el amor no se comparte, se compra o se vende; antes que “lo nuestro” está “lo mío” y el individualismo egoísta pervierte.

Una reunión de 150 personas con supuestos nobles propósitos es realmente un escenario con 150  individuos buscando lo suyo. La excepción confirma la regla.

Hay una fábula sobre un sargento retirado y un grupo de amigos que, influenciados por el alcohol, realizaban un análisis del meteórico ascenso  económico del diputado de su pueblo y precisamente lo vieron en un bar cercano.

Uno de ellos explicó que los impuestos que todos pagaban cubrían el costo de los lujos del diputado y por consiguiente el vistoso traje, la camisa, la corbata, los zapatos, el reloj, las gafas, la jeepeta y la pistola, ellos los pagaron y como por arte de magia e influencia etílica, surgió la idea de “lo mío” y la decisión de esperar la salida del diputado.

Cuentan que el sargento encañonó al legislador y le quitó la pistola mientras los demás tomaban cada uno lo suyo. Dicen que la prensa no reseñó el incidente porque el presidente del congreso rogó a los medios evitar la afrenta nacional e internacional representada por la noticia de que un diputado atravesó todo su pueblo en pantaloncillos y descalzo, porque le quitaron todo lo que llevaba encima diciendo cada uno “esto es lo mío”.

Dicen que a partir de ese hecho quedó establecido que cada diputado tuviese un guardaespaldas, no importa con qué parte de lo mío se pague.

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