Santiago acumula aciertos en planificación estratégica territorial certificados por las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y en Barcelona, el Centro de Desarrollo Urbano (CIDEU).
Amén de las certezas, autocríticamente nos corresponde subrayar errores, carencias, lagunas y debilidades. Fallas para construir una visión común. Negaciones al formular supuestos planes estratégicos que son buenos para imprimirse como libro, pero olvidan las identidades culturales y las vocaciones territoriales productivas.
El error más frecuente es la planificación estratégica en latas. Acontece cuando gobiernos y entidades sociales, asumen esta herramienta como caja mercadeable. Se pretende multiplicar supuestos planes que olvidan apreciar el justo sentido de pertenencia cultural, la autenticidad y el carácter universal de lo local.
La planificación estratégica territorial nació como alternativa a la burocracia del Estado. Ese aparato coercitivo que a partir de 1955, desde arriba hacia abajo, pretendió imponer a las sociedades, la planificación lineal y los planes sectoriales.
El modelo centralizador fracasó en la década de 1980, cuando las masas irredentas ampliaron la democracia. Pensadores como Carlos Matus en Chile, Manuel Castells y Joan Clos en Barcelona y Dan Hodapp en San Francisco, aportaron métodos participativos. La planificación estratégica no es un instrumento para concentrar poder político, sino una genuina vía para descentralizar gestiones.
La planificación estratégica como lista de proyectos, se confunde con inventario de obras sin visión común. Una enumeración de iniciativas simpáticas para los políticos, pero ajenas al poder ciudadano. Si los proyectos se basan en sueños comunes, la planificació´n estratégica es efectiva.
La planificación estratégica forzada por la ley. Se pretende imponer un ejercicio lineal y vertical. Planificar estratégicamente los territorios, más que un mandato jurídico, es una tarea que se hace de abajo hacia arriba. Que inicia en la base social y culmina en la concertación de miradas comunes con tomadores de decisión.
La planificación estratégica guagua voladora. Aquella impulsada para cumplir una tarea formal de gobierno. Le interesa que la gente suba al bus, pero no crea una masa crítica de gestores locales con habilidades técnicas, humanas, conceptuales y resolutivas, que aporten monitoreo a esta hoja de navegación colectiva.
Al Santiago presentar este 25 de noviembre la actualización de su Plan Estratégico 2030, estos desaciertos fueron saldados. La fecha será un momento para valorizar sus cuatro estrategias, en especial el objetivo de lograr un Santiago incluyente y salvador de vidas. Es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que honra en todo el planeta a las mártires de República Dominicana Minerva, Patria y María Teresa Mirabal.