Aclaración y desagravio; por objetividad y respeto

Aclaración y desagravio; por objetividad y respeto

La semana pasada salió a la luz pública un documento que fue casi en todos sus puntos compartido por mi persona, y por varios destacados hombres de ciencia y de letras, y de servidores de la Fe de Cristo. Sin embargo, el texto publicado incluye párrafos que no fueron parte de lo que discutimos y aprobamos al menos algunos de los que aparecemos como firmantes de la versión dada a la prensa. Particularmente el párrafo que se refiere a la supuesta o real preferencia sexual del presidente norteamericano.

De hecho, ese párrafo estaría en desacuerdo con el resto del texto, en el cual se expresa claramente que: “Los abajo firmantes respetan y piden respeto para los homosexuales, y consideran que discriminarlos en los lugares de trabajo, por ej. ( con cancelaciones, burlas, marginaciones, y otras expresiones de intolerancia), constituyen atropellos injustificables, como no se justifican otras clases de atropellos por otras razones a heterosexuales.” Ya que con tan solo llamar “homosexual” al presidente o a su representante se está incurriendo en una mofa de su real o supuesta preferencia sexual, al menos en el contexto cultural de la República Dominicana, independientemente de si a esas personas le es orgullo o deshonor que los identifiquen mediante ese apelativo. Igualmente importante es, por otra parte, el hecho de que para quien escribe y para otros de los signatarios del documento que fuera discutido en varios escenarios, no existe constancia del hecho de que el presidente de ese país sea o no de la indicada condición. Tampoco es tema de interés propiamente, puesto que lo que se discute o se rechaza es un comportamiento institucional, público y reconocido de la embajada estadounidense a favor de una serie de derechos públicos, que la mayoría consciente de los dominicanos considera chocante y perniciosa para la salud moral de nuestra nación.

En otro lugar el documento de referencia dice: “En virtud (…) expresamos nuestra más enérgica protesta por el intento del Gobierno norteamericano y las NN UU de crear condiciones adecuadas para depravar moralmente a nuestros adolescentes en las escuelas impartiéndoles clases de sexualidad que tiene como texto básico un manual que invita a los niños y niñas a iniciarse en prácticas homosexuales y lesbianas desde los tempranos cursos de la escuela secundaria”. (…) “Esa perversa intención se pretende llevar a cabo poniendo a disposición de los maestros el manual titulado “HABLEMOS” que es el documento de iniciación temprana en la homosexualidad juvenil, y en cuya portada ya se anuncia su contenido: jovencitos de ambos sexos abrazan y besan a sus congéneres, y también donde se expone la malsana idea de que todos tenemos dos polos diferentes de carácter erótico: el uno es el sexo original de nacimiento y el otro supuestamente lo sería el “verdadero género” que consiste en nuestras naturales inclinaciones homosexuales o heterosexuales”.

Finalmente, muchos expertos consideran que la homosexualidad constituye un trastorno de la identidad sexual. A menudo, también, de la personalidad, y puede vincularse o coincidir con otras desviaciones sexuales.

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