La región centroamericana es el escenario de una crisis de refugiados, en la cual miles de mujeres y niños se ven forzados a huir de niveles alarmantes de violencia en América Central, alertó ayer un estudio de la agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
El informe «Mujeres en fuga» afirma categóricamente que «se trata de una creciente crisis de refugiados» ante la incapacidad de los gobiernos de El Salvador, Honduras y Guatemala de contener la ola de violencia urbana y la acción del crimen organizado.
En la introducción del informe, el máximo responsable de la ACNUR, el portugués António Guterres, expresó que «mientras la atención internacional está en los refugiados que llegan a Europa (…), hay otra crisis de protección desarrollándose en América Central». Guterres señaló que entre 2008 y 2014 la ACNUR registró que la llegada de refugiados a Estados Unidos desde los países del Triángulo Norte centroamericano (Honduras, El Salvador y Guatemala) se multiplicó por cinco, pero que los pedidos de refugio en México y otros países se multiplicó por 13.
«La escalada de violencia por parte de peligrosos grupos criminales bien conectados y bien armados ha superado la capacidad de los gobierno de responder» al cuadro de violencia urbana, apuntó la ACNUR.
En ese escenario, las mujeres y sus hijos son el eslabón más frágil de la cadena.