Acogen a Ratzinger con esperanzas

Acogen a Ratzinger con esperanzas

MIAMI (EEUU) (EFE).- Aunque muchos esperaban un Papa de este continente, la elección de Joseph Ratzinger fue considerada ayer en América una muestra de la unidad de la Iglesia y de continuismo con el pontificado de Juan Pablo II, según las primeras reacciones.

   La Iglesia católica de Brasil, el país con mayor número de católicos en el mundo, señaló ayer que la elección de Ratzinger, que adoptó el nombre de Benedicto XVI, «es un indicio claro» de que los cardenales desean que la Iglesia «siga más o menos la línea» trazada por Juan Pablo II, fallecido el pasado 2 de abril.

   Desde presidentes y jefes de organismos internacionales hasta  obispos y teólogos opinaron sobre el nuevo Pontífice, que fue elegido por el colegio cardenalicio en sólo cuatro votaciones.

   En Estados Unidos, el presidente George W. Bush describió al nuevo Papa como «un hombre de gran sabiduría y conocimiento» y confió en que tendrá «fuerza y sabiduría continuadas».

   De igual manera se expresó el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, quien felicitó a Benedicto XVI y destacó el «caudal de experiencia» que aportará al Papado.

   El vicepresidente de la Conferencia Episcopal brasileña, Antonio Celso de Queiros, sostuvo que Benedicto XVI será conservador en el sentido de defender a la Iglesia de los ataques, como hizo desde el puesto de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

   El ex sacerdote y teólogo brasileño Leonardo Boff, a quien  Ratzinger castigó en su día al silencio por sostener las teorías de la Teología de la Liberación, señaló que «será difícil amar» al nuevo Papa, a quien pidió que piense «más en la humanidad y menos en la Iglesia».

   Los obispos de Argentina recibieron «con mucha alegría» la elección de Ratzinger, mientras que el mandatario Néstor Kirchner afirmó que espera que sea «un buen Papa».

   El presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Alejandro Goic, opinó que Ratzinger será un Pontífice «de transición», dados sus 78 años, y el gobernante chileno, Ricardo Lagos, se congratuló por la elección, que a su juicio «refleja una tremenda convergencia de visiones y de unidades de la Iglesia Católica».

   Entre tanto, en México, el segundo país con más católicos del mundo, el mandatario Vicente Fox le extendió una invitación al nuevo Pontífice para que visite lo antes posible esa nación y los obispos aseguraron que quien ocupa desde hoy la silla de San Pedro «dará un nuevo impulso a las enseñanzas y doctrinas de la Iglesia».

   El nuncio del Vaticano en Colombia, Beniamino Stella, confió en que el Papa Benedicto XVI sea tan cercano a los colombianos como su antecesor.

   «Colombia es un país que necesita del acompañamiento espiritual, del magisterio del Papa y no dudo que él va a ser tan cercano a Colombia», dijo.

   El canciller de Nicaragua, Norman Caldera, deseó a Ratzinger que el «trabajo con la viña del Señor sea fructífero», mientras el presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, opinó que sólo sus acciones futuras y el tiempo podrán decir cuáles son las políticas de Benedicto XVI.

   Por su parte, en El Salvador, el presidente Elías Antonio Saca expresó su confianza en que con el nuevo Papa la Iglesia «va a continuar con el destacado trabajo pastoral de su antecesor», mientras el opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) pidió a Benedicto XVI que mantenga «la opción de los pobres».

   En Honduras, el jefe de Estado, Ricardo Maduro, se declaró seguro de que la voz del nuevo Papa será «la más escuchada a nivel mundial por la equidad internacional», que, a su juicio, es la única forma» de lograr «un mundo más justo».

   Los hondureños esperaron ansiosos el anuncio después de la «fumata» blanca, pues en muchos sectores privaba la esperanza de que su compatriota, el cardenal Oscar Andrés Rodríguez, fuera el sucesor de Juan Pablo II.

   Mientras, en Guatemala, cientos de feligreses acudieron a las diversas iglesias católicas cuando empezaron a repicar las campanas en señal de júbilo por la elección.

   Las campanas de las iglesias cubanas también repicaron tras conocerse el acuerdo del cónclave, pero, en contraste con la atención dedicada a la muerte de Juan Pablo II, el informativo de la televisión cubana informó hoy brevemente de la elección de Ratzinger.

   La Iglesia venezolana expresó, por su parte, que Benedicto XVI continuará por una parte el trabajo de Juan Pablo II, pero «tendrá su propio sello personal».

   Aunque en América ni la Iglesia ni los líderes del gobierno expresaron decepción por la elección de un Papa alemán y no de Latinoamérica, desde Friburgo (sur de Alemania) el obispo evangélico, Ulrich Fischer, reaccionó con frialdad y señaló que hubiera preferido a un latinoamericano.

   «Un Papa de América Latina hubiera sido una elección mejor»,

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