POR ALTAGRACIA ORTIZ GÓMEZ
La propuesta de destinar RD$17,331 millones del presupuesto nacional del año que viene a la salud, el doble del actual, produjo ayer reacciones positivas entre directores de los 150 hospitales públicos y de decenas de organizaciones no gubernamentales, los que esperan que produzca una situación económica alentadora para el sector.

Los directivos de organismos públicos y privados que laboran en el sistema de salud pública plantearon que tienen esperanzas en que el Congreso Nacional mantenga las cifras que ha propuesto el gobierno en el proyecto de Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos del 2005.

Plantearon que el presente año fue crítico en materia de salud, los hospitales mantuvieron un estado de desastre y carencias y hubo muertes por falta de medicamentos.

El próximo año podría haber una situación diferente, estimaron, pues se comenzaría a aplicar el Seguro Familiar de Salud (SFS).

El gobierno sometió al Congreso Nacional un presupuesto de RD$206,000 millones, pero una parte importante está destinado al pago de deudas.

El Instituto de Cardiología, el Centro de Rehabilitación, el Instituto Oncológico y otras organizaciones no gubernamentales sobreviven con exiguas subvenciones del Estado.

Lo mismo se plantea en los hospitales públicos. Desde ya las expectativas de aumento en la subvención trajo alguna esperanza, como fue el caso del hospital Darío Contreras que ha planteado la necesidad de que le tripliquen sus ingresos.

De RD$2.5 millones el Darío Contreras espera que la subvención llegue a RD$9 millones y que la secretaría de Salud Pública concluya la construcción de sus nuevas salas de emergencia en las que se trabaja desde hace siete años.

Un ejemplo de los grupos privados que laboran en el sector salud es el del Instituto Oncológico que se maneja con un presupuesto anual de menos de RD$18 millones al años. Todas las enfermedades del cáncer son costosas, por lo general los pacientes que acuden al Oncológico son pobres y con frecuencia se tienen que hacer colectas y otras actividades recaudadoras para poder costearse los tratamientos.

Lo mismo sucede que el Instituto de Cardiología que recibe menos de un millón de pesos al mes como subvención del Estado.

El Estado no tiene programas de atención y tratamiento a enfermedades cardíacas, por lo cual hay en el país entidades descentralizadas como el Instituto del Corazón, el Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT)  y Corazones Unidos para prestar estos servicios.

Estas instituciones funcionan como organismos privados, pero por la especialidad del área que trabajan, reciben recursos del Estado y ellos a su vez se comprometen a devolverlo en programas sociales.

En Santo Domingo los grandes hospitales han sido desbordados por la demanda de servicios que no pueden atender debido al escaso presupuesto con que se desenvuelven.