El párroco de la iglesia San Antonio de Padua, monseñor Benito Ángeles, recomendó ayer vivir una vida nueva y renovada, transformar la violencia en armonía, la corrupción personal o social en honestidad, lealtad, honradez  y pasar de la economía en manos de unos pocos, a la creación de fuentes de trabajo y producción.

Durante un sermón, en la celebración del primer día del retiro espiritual titulado “Un grito por la paz”, el párroco recomendó también la desintegración personal y familiar en una unificación e integración, la desigualdad e inequidad en nuevas posibilidades y oportunidades para todos.

Benito Ángeles dijo que  ha meditado en  la cruda realidad del pecado,  que se ha convertido en un estilo de vida  el cual debe ser  inspirado y transformado por el amor.

Otros de las cosas que enumeró el religioso fue la  pobreza “que envilece la dignidad de la persona la cual debe ser cambiada por una justicia más equitativa”. De una educación estructurada para la inequidad social a una educación para todos y con los mismos estándares de resultados para la excelencia y la calidad. Tenemos que transformar la oscuridad en luz”, dijo el párroco.