Acotejo del cambio

Acotejo del cambio

Entre los puntos tratados por los empresarios para impulsar el comercio exterior está el establecimiento de tasas de cambio competitivas. La unívoca expresión se presta a dos interpretaciones. Una podría dirigirnos a la paridad con el dólar. La otra, y creo que hacia ésta apuntó el pedido de los empresarios, hacia una mayor devaluación. Sustento el aserto en los reclamos que en tal sentido han hecho en el pasado empresarios de zonas francas e inversionistas del área del turismo.

La devaluación monetaria condujo a Hipólito Mejía a una derrota en su intento de reelegirse. Por supuesto, otros factores intervinieron en ese momento en el retorno al poder del Dr. Leonel Fernández. El de mayor peso social en algunos sectores de la sociedad, fue la desfachatez con que actuó siempre el Presidente Mejía. Determinante, sin embargo, fue la devaluación. Los productores de zonas francas pudieron sentirse felices. Por igual, los operadores de empresas turísticas.

El 95% de la población –que no son inversionistas en zonas francas ni propietarios de empresas vinculadas al turismo- sufrimos las consecuencias de la devaluación.

Porque la mayor parte de los centros de producción del país dependen de materias primas, bienes intermedios e insumos importados.

Si un peso y un dólar tienen el mismo valor, la producción será competitiva frente a la producción estadounidense pues la mano de obra es un factor de menor valor entre los dominicanos. Si tenemos que multiplicar ese peso por treinta y cinco para adquirir un dólar, restaremos competitividad a la producción local.

Japón importa prácticamente todo. Empero, Japón puede y debe devaluar su moneda. Desde mediados del siglo XIX Japón apostó a crear un país de grandes avances técnicos. Hacia la Primera Guerra Mundial desarrollaba una producción  de avanzada tecnología para la época. Al atacar la base estadounidense de Pearl Harbor en Hawai, su flota naval y aérea militar era superior a la de Estados Unidos de Norteamérica. Los japoneses pueden devaluar porque lo que fabrican y venden tiene escasa competencia. Una camiseta de algodón en cambio, la cose cualquiera.

Nuestro problema por consiguiente, no radica en lograr tasas de cambio que conduzcan a la devaluación. Nuestro problema se explica en el campo mismo de la producción. Por supuesto, justo es consignar que factores como el de la electricidad, expuesto por los empresarios en su documento, es muy negativo. Como son igualmente contrarios al interés de la República y de su comercio exterior, varios de los otros puntos expuestos.

En el fondo, sin embargo, el país lo que requiere es un hombre como el Emperador Mutsuhito.

Él transformó para el Japón el propósito de vida, los sistemas productivos y el objeto mismo de la producción.

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