Acromegalia: crecimiento de los huesos en la adultez

Acromegalia: crecimiento de los huesos en la adultez

Si nota que su calzado le aprieta, e incluso se ve obligado a compararlo con algunos números más; que le da dificultad para entrar y sacar el anillo de graduación; que no le sirve la gorra, que su mandíbula está más largas, hágase ver por un endocrinólogo, podría estar padeciendo de acromegalia.

¡Qué!, ¿qué es eso? El doctor Adalberto González, especialista en endocrinología, vino hasta esta redacción de ¡Vivir! para hablar respecto de esta enfermedad, considerada como rara por su bajo índice de diagnósticos en el mundo.

Este especialista precisa que la causa de la aparición de la acromegalia se debe a la secreción elevada de la hormona del crecimiento o la GH, producida en la glándula pituitaria.

Según explica, la acromegalia se caracteriza no solo por el exceso de crecimiento de los huesos de las manos o el cráneo, después de la adultez, sino que también por problemas de diabetes, tiroides, hígado y presión alta.

Añade que como consecuencia del aumento de la hormona del crecimiento se desarrolla un tumor de categoría “benigna” en la glándula pituitaria, cuya recomendación médica es la intervención quirúrgica para extraerlo. Esto es parte del tratamiento a seguir luego de diagnosticada la acromegalia.

El diagnóstico. Esta condición se determina mediante radiografías de la columna vertebral, muestras óseas, resonancias magnéticas de la hipófisis o ecocardiografía, para ver si hay agradamiento de corazón, o anomalía de la válvula aórtica.

Tras el diagnóstico, ¿qué sigue? Los pacientes con esta enfermedad, indica González, se pueden tratar con inyecciones de somatostatina, una hormona compuesta por aminoácidos producida por células denominadas “delta”, localizadas en el páncreas.

El tratamiento con mayor resultado es la cirugía: sacar el tumor que se forma en la glándula pituitaria, localizada en el cerebro, pero también se puede tratar con la inyección, aunque con menor resultado.

¿Las buenas nuevas? Que esta enfermedad es diagnosticada en sólo 3 a 4 pacientes entre un millón en el mundo, precisa González, y que los resultados del tratamiento son efectivos, es decir, el crecimiento excesivo se reduce.

Los cambios físicos. El crecimiento de los dedos de las manos, los pies, el cráneo, las orejas, la mandíbulas, no es reversible, incluso pueden continuar creciendo después de la extirpación del tumor, pero de manera más lenta hasta normalizar el exceso de crecimiento, afirma el endocrinólogo.

Centroamérica y el Caribe. El especialista dominicano, que hizo su especialización en Estados Unidos, dice que según las estadísticas solo alrededor de 3 000 pacientes son diagnosticados al año, mientras que a nivel mundial es de 3 a 4 casos por cada millón de personas.

Edades más vulnerables. La acromegalia suele aparecer entre los 40 y 50 años de edad, refiere el especialista, pero hay personas que aún con lo signos especificados, no buscan respuestas a estos, lo que podría afectar considerablemente su apariencia.

Agrega que en su consulta particular como médico tiene a una paciente que le fue diagnosticada la enfermedad el año pasado, cuando tenía 69 años.

“Ahora mi paciente tiene 70 años, y, aunque los cambios físicos siguen, porque el crecimiento de la hormona no cede inmediatamente, sí han mejorado considerablemente otras dolencias que le quitaban calidad de vida, como son la diabetes, la alta presión y el agrandamiento del hígado”, precisa el doctor González.

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Acromegalia

Datos respecto de esta enfermedad indican que fue descubierta por primera vez a finales del siglo XIX por Pierre Marie. Refiere también que la deportista, exbaloncestista soviética Uliana Semiónova, quien tiene una altura similar a un hombre -2.13 metros- la padece, así como también Jorge González, jugador argentino de baloncesto, y André the Giant, luchador profesional. La acromegalia es una enfermedad considerada subdiagnosticada y está entre las de tipo raras, por los pocos casos que se diagnostican anualmente.

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