Acta de nacimiento

Acta de nacimiento

El acta de nacimiento dominicana es la base fundamental para la ciudadanía de una persona, el conjunto de ellas constituye el registro civil. Las actas de nacimiento dominicanas expresan:

“ … Que el día tal del mes X, del año XX, el señor/a fulano/a de tal, mayor de edad, casado (puede que no), ocupación mas cual, domiciliado en esta ciudad, cédula número XXX, serie A, declaró: que el día …. un niño/a, hijo legítimo (o natural) del señor declarante y la señora AA …”. Sigue el nombre del niño/a, etc.

Si el ciudadano/a es extranjero residente legal, dice que lo declara: “…. el señor/a fulano/a de tal, mayor de edad, ocupación tal, de nacionalidad (nombre del país), domiciliado .., cédula número XXX, serie B, declaró: que el día …..” sigue igual a la anterior o con pocas variaciones inconsecuentes.

¿Cómo es posible que un niño/a hijo/a de personas ilegales o indocumentados, las que por tanto no tienen cédula dominicana, aún más, carecen de toda documentación, puedan declarar legalmente su prole? Las únicas formas son si el juez civil es laxo, responde a algún partido político o alguna otra travesura ilegal.

A la memoria viene el caso de un sacerdote católico belga, destinado a servir en Barahona, quien declaró como hijos a once niños haitianos, abusando del respeto que, en el país, se le tiene a la iglesia Católica. Sin embargo, no los declaró en la legación belga, aunque hablaban su lengua.

La inmigración es un problema, no solo dominicano, sino universal. Ningún país puede asimilar una avalancha de inmigrantes, de ahí los campamentos que se erigen en todo el mundo, actualmente en: Italia, Turquía, Malta, Jordania, etc. Aun concentrándolos en campamentos, llega un mo- mento que el país receptor ve diezmada su economía.

La RD ha estado sometida a la inmigración ilegal y sostenida de cientos de miles de extranjeros, diríamos una avalancha en cámara lenta pero avalancha al fin. Son tantos los ciudadanos haitianos en nuestro país que ilegales se ven paseando o pidiendo limosnas en nuestras principales avenidas y urbanizaciones, totalmente despreocupados. La inacción que aturdía al Estado dominicano era insostenible desde todo punto de vista; también es inaceptable, como lo sería para cualquier país, que se pretenda nacionalizar a todos los ilegales que viven en él. Solo la hipocresía parece justificar algunas actitudes y dictámenes internacionales.

Siempre me ha llamado la atención cómo un haitiano que dice ser dominicano puede incoar una demanda contra el país en una corte internacional, asunto que cuesta mucho dinero, tanto así que a la RD se le hace difícil sufragar el gasto de la defensa. ¿Dónde obtiene el dinero para sufragar los costos?

En EEUU, el jus soli se aplica sin ninguna restricción, el que nace allá es estadounidense, así se han creado los problemas de deportaciones de padres separándolos de sus hijos. En la RD, el derecho de suelo está condicionado desde 1929. Cuando se analiza el tema de otorgar la nacionalidad dominicana a un extranjero ilegal o indocumentado, es insólito el clamor que se ha levantado obviando nuestras Constituciones, Leyes y sentencia del TC, colgándose, simplemente, del largo tiempo viviendo ilegalmente en la RD, como si esa estadía generara algún derecho por encima de la legalidad. La RD no puede expedir actas de nacimiento abrogándose derechos del país de origen.

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