Por: Doctora Maribel Grullón, Nutrióloga Clínica y Medicina Deportiva
Ser una persona activa físicamente durante la adolescencia es importante para la salud durante todo el curso de la vida. La actividad física hará que se sientan competentes en sus habilidades físicas y, probablemente, que sean más activos durante la edad adulta.
Realizada diariamente desde edades tempranas, promueve la salud y una adecuada forma física en esta población, aportando beneficios físicos y bienestar emocional, a corto y largo plazo.
Los principales beneficios asociados a la realización de actividad física en este grupo de edad son los siguientes:
- Mejora la forma física, función cardiorrespiratoria, fuerza muscular y masa ósea.
- Favorece un crecimiento y desarrollo saludable.
- Favorece el desarrollo de habilidades motoras y desarrollo músculo-esquelético. Mejora la postura y el equilibrio.
- Disminuye la grasa corporal y ayuda a mantener un peso saludable, siendo un elemento clave para el balance energético.
- Mejora la salud mental: la autoestima, reduce los síntomas de ansiedad, depresión y disminuye el estrés.
- Mejora el desarrollo psicosocial: ofrece oportunidades de socialización y el aprendizaje de habilidades sociales.
- Mejora la función cognitiva y contribuye a tener mejores resultados académicos.
- Mejora el aprendizaje, la atención, la memoria, el rendimiento escolar y el comportamiento.
- Disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en la vida adulta, como enfermedades del corazón, hipertensión arterial, diabetes tipo 2 o resistencia a la insulina, hipercolesterolemia (colesterol elevado) u obesidad.
Otra recomendación es la reducción del tiempo de pantalla porque, al margen de otras consecuencias para la salud, el tiempo que se destina a ellas suele implicar periodos sedentarios.
Además de participar formalmente en deportes, algunos ejemplos de cómo aumentar la actividad física:
- Incrementar el transporte activo: caminar o ir en bicicleta, o incluirlos al menos como parte del trayecto al desplazarse, combinando con el transporte público (e incluso bajar/subir al transporte público unas paradas antes o después de lo que toque).
- Realizar descansos activos con sesiones cortas de estiramientos o dando un breve paseo.
- Usar las escaleras en lugar del ascensor o escaleras mecánicas.
- Aumentar las actividades al aire libre.
- El tiempo activo puede ser a la vez tiempo social, se pueden aprovechar las actividades grupales o clases organizadas en el entorno local, o buscar la compañía de amistades o familiares. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim