Las actividades productivas fueron prácticamente mulas esta semana, porque de cinco días, en sólo dos se laboró, ya que el lunes fue feriado y el miércoles y el jueves hubo un paro nacional de labores, que según cifras preliminares, arrojó pérdidas por el orden de los RD$5,000 millones.

De acuerdo con el economista Miguel Sang Ben, director ejecutivo de la Federación Dominicana de Comerciantes (FDC), la semana que recién finaliza fue muy crítica y poco productiva.

De acuerdo con Sang Ben, si se mide por la producción que se dejó de generar y los productos que se dejaron de vender, las pérdidas pudieron superar los RD$5,000 millones en los dos días que la huelga mantuvo paralizado al país.

«Las pérdidas debieron haber sido más, porque la paralización de las actividades comerciales, hacen que no sólo sea la caída de la producción. Es muy difícil cuantificar las pérdidas», opinó Sang Ben.

Manifestó que es más crítico el efecto psicológico que tendrá esta semana, que fue muy irregular, en la mente del consumidor, quien podría quedar con una sensación de aprehensión y que no se genere un ciclo económico dinámico en la adelante.

Los industriales Celso Marranzini, José Ernesto Sánchez e Ignacio Méndez dijeron que la asistencia a los principales parques industriales del país fue prácticamente nula y las actividades se limitaron básicamente al personal administrativo, altos ejecutivos de las empresas y algunos obreros que residen en la cercanía de la zona donde laboran.

Los tres dirigentes empresariales, con industrias en Haina, Herrera y la zona oriental, entre otras, indicaron que la pocas industrias que abrieron, lo hicieron sólo por unas horas, pero los propietarios y ejecutivos decidieron darles el día libre para no arriesgar a su personal.

De acuerdo a Marranzini, el costo que conlleva hacer arrancar los reactores de su empresa es muy alto y que, por tanto, la industria no puede arriesgarse a iniciar operaciones con poco personal, cosa que ocurre en muchas empresas.

También, en el sector construcción hubo prácticamente una paralización de las actividades, primero, por el feriado del lunes y luego por la huelga nacional del 28 y 29 de enero, según datos del presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas, José Rodríguez y del empresario constructor Francisco Aníbal González.

En ese renglón de la economía, igual que en otros sectores, se apoyó la huelga, como una manera de mostrar rechazo a la política económica del gobierno, pese a los efectos negativos que tendrá en el volumen de ingresos de las empresas.

De acuerdo a Rodríguez, el país prácticamente se paralizó durante los días 28 y 29 y que con ello, la población dio una muestra, de manera civilizada y pacífica, de que no está de acuerdo con la política económica que se ejecuta. “Es necesario que se revise la política económica”.

González manifestó que a las obras prácticamente no fueron trabajadores y que los que acudieron se dedicaron a dormir en ellas, porque la jornada no se pudo iniciar, retrasándolas.

De su lado, la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes alertó sobre los efectos negativos que podría tener en el flujo de visitantes extranjeros a República Dominicanas, los paros en las actividades productivas y sociales.

Tras informar que los centros hoteles operaron con normalidad durante la huelga, Arturo Villanueva, director ejecutivo de ASONAHORES; ponderó la necesidad de que las autoridades respondan a los reclamos de los grupos populares y sindicales.

Dijo que los paros de labores deben desarrollarse de manera pacífica y ordenada, dando una demostración del sistema democrático que predomina en República Dominicana.

Según el hotelero, los centros hoteleros prepararon programas especiales para distraer la atención del turista dentro del hotel, de manera que no se diera cuenta, ni fuera afectado por la huelga que se escenificó en el país.