WASHINGTON (EFE).- Contrariando las nuevas restricciones para viajar a Cuba, más de un centenar de activistas extranjeros y de todo EEUU cruzarán la frontera hacia México el miércoles, desde donde viajarán a la isla con vehículos con ayuda humanitaria.

La caravana de automóviles, camiones y autobuses escolares, repletos de toneladas de suministros médicos, computadoras, bicicletas y artículos personales, cruzará la frontera desde McAllen (Texas), en señal de protesta contra las nuevas restricciones de la Casa Blanca hacia Cuba que entraron en vigor el pasado miércoles.

La caravana, organizada por el grupo religioso «Pastores por la Paz», ha visitado más de 120 ciudades estadounidenses en 25 estados para llamar la atención sobre la «inmoralidad» del embargo que mantiene EEUU contra Cuba desde 1960.

«Como cristianos, pensamos que este bloqueo y las restricciones de viaje son inmorales, porque perjudican a la familia cubana y limitan el derecho constitucional de los estadounidenses de viajar donde deseen», explicó a EFE John Waller, que empezó a coordinar la caravana en febrero pasado.

Salvo algunas excepciones y con el debido permiso del Departamento del Tesoro, los estadounidenses tienen prohibido viajar a Cuba porque EEUU quiere cortar el flujo de dólares derivados del turismo en la isla. Quienes violan esta ley se arriesgan a multas de hasta 7.500 dólares.

Entre los activistas que participan en este acto de desobediencia figuran ciudadanos de México, Canadá, Dinamarca, Alemania y Bulgaria, así como decenas de estadounidenses y cubano-americanos, dijo Waller.

El grupo enviará trece vehículos -nueve autobuses y cuatro camiones- por barco hacia Cuba, donde, además, la mayoría de las donaciones serán distribuida por un comité ecuménico, en base a las necesidades locales, determinadas por el Gobierno de La Habana.

El resto de la ayuda será entregada a grupos cívicos en diversas ciudades «hermanas» en Cuba, por ejemplo, el grupo «Let Cuba Live», de Gainesville (Florida) ha designado como beneficiarios a una organización de discapacitados en la provincia de Guantánamo.

El grupo «Cuba Vive», de Tampa Bay, también en Florida, enviará su ayuda a un asilo de ancianos en La Habana, mientras que un grupo de Boulder (Colorado) mandará equipos deportivos a la ciudad de Yateras.

Esta es la décimo quinta caravana que el grupo «Pastores por la Paz» efectúa a Cuba desde 1992.

En 1993 y 1996, las autoridades federales intentaron confiscar buena parte de sus donaciones, pero los activistas se declararon en huelga de hambre hasta recuperarlas, recordó Waller.

«No creo que nos detengan en la frontera porque eso probablemente crearía más publicidad negativa contra (el presidente George W.) Bush y es lo que menos necesita», comentó el activista.

Waller coincidió con varios analistas en que el mandatario estadounidense se está arriesgando a perder el voto del exilio cubano en Florida, un estado clave para su reelección el 2 de noviembre.

El asunto de las restricciones ha fragmentado aún más a la comunidad cubana en Florida, ya que perjudica a un amplio sector y además no hay consenso sobre si lograrán la democratización de Cuba.

«No sé cuanto tiempo tomará (el levantamiento del embargo), pero estamos ganando la batalla ante la opinión pública y el Congreso, porque muchos legisladores, incluyendo a algunos republicanos de estados agrícolas, se oponen a estas medidas», insistió Waller.

Para cerrar el cerco económico contra Cuba, EEUU ha reducido las visitas a familiares en la isla a una cada tres años y por un máximo de catorce días, limitando a 50 dólares el gasto diario en elas.

Las remesas permanecen sin cambio, a 1.200 dólares al año, pero quedan prohibidas para individuos que militen en el Partido Comunista o que estén directamente conectados con el Gobierno.

Una fuente del Departamento de Estado dijo a EFE no tener información sobre el futuro de al menos 75 universitarios estadounidenses que estudian en Cuba con todos los gastos pagados por el Gobierno de La Habana, como parte de un programa que ahora ha sido cancelado.