POR MARK HALE
Del NY Post
PORT ST. LUCIE.— Cuando los Metros firmaron a Pedro Martínez, probablemente oyeron que habían firmado un tipo que solo lanza seis entradas y que a veces cuando alcanza 100 lanzamientos necesita ser sacado o pierde efectividad.

Solo hay un problema. Ninguna de las dos es verdad.

«Es una percepción que la prensa tiene debido a incidentes aislados», dice el coach de pitcheo de los Metros Rick Peterson.

Peterson está en lo cierto, por lo que es tiempo de rebatir los dos grandes mitos sobre el pitcheo de Pedro.

Comiencen con la idea de que Martínez no va más allá del sexto. En sus 33 aperturas de la temporada regular con Boston, no llegó al sexto solo cinco veces. Se quedó en seis entradas seis veces. Y pasó de las seis entradas 22 veces – dos tercios de sus aperturas.

Ese es el mismo número de veces que Roger Clemens y más veces que estelares jóvenes como Carlos Zambrano (20 veces) y Barry Zito (18).

Claro está, hay algunos que dirán, «Claro, ¿pero cómo le fue del séptimo en adelante?». Bueno, del primer al sexto episodio, Martínez contuvo a los bateadores a un promedio de .239. En las entradas 7-9, el promedio en su contra fue de .226. Así como lo ven, los bateadores pasaron más trabajo contra Pedro en las entradas finales.

El inicialista Doug Mientkiewicz, quien tiene 18 turnos al bate contra Martínez, definió mejor lo bueno que es Pedro, aún en las entradas finales.

«Hablamos de un tipo que es eléctrico desde la primera entrada hasta la sexta», dijo Mientkiewicz, «y luego pasa de la elite a la elite que se cansa o se está cansando».

Y la elite que se está cansando todavía es muy impresionante. Lo que nos lleva al segundo mito – mientras el conteo de Pedro llega o excede triple dígitos, se vuelve más bateable.

La temporada pasada, de los lanzamientos 91 a 105, los bateadores promediaron .187 contra Martínez. Del 106 al 120, batearon para .244, pero mucho peor le fue al comienzo del juego: 1-15 (.333), 31-45 (.259) y 46-60 (.252).

Los números «solo no son tan buenos como normalmente son, pero eso es porque de por vida le promedian .206 (realmente .209)», explicó Peterson. «Eso es algo loco».

Martínez, por supuesto, tiene un caso famoso en el que perdió una ventaja de tres carreras en el octavo episodio del séptimo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana contra los Yanquis.

Pero al mismo tiempo, eso solo fue un juego, y vino contra el mejor equipo de la liga. En resumen, si hay una situación en la que el conteo de Martínez es alto y la situación está tensa, todavía es el tipo que sus compañeros quieren en el montículo.

«Si tiene 110 lanzamientos, las bases llenas y sin outs, no quiero a nadie más excepto él», dijo Mientkiewicz. «Sin importar el resultado, él no va a tener miedo. Hay tipos que uno quiere sacarlo en algunas situaciones, y él no es uno de ellos. El quiere sacarse de sus problemas».

Así que a pesar de la idea común que se tenga de Martínez, vale señalar que los números no mienten.

«En Dios confiamos», dijo Peterson. «Todos los otros deben tener datos».

VERSIÓN DIONISIO SOLDEVILA BREA