Acuarelas de Evelyn Lima

Acuarelas de Evelyn Lima

En pleno corazón de la ciudad histórica, frente a la Catedral y al Parque Colón, una modesta entrada contrasta con los establecimientos que la rodean, a dos pasos de la Escuela Nacional de Artes Visuales. Desde la calle, solamente distingue el lugar, pero llama la atención un rótulo  moderno, en letras de vivos colores: Laboratorio Evolutivo de Arte Contemporáneo. Está permanentemente abierto, y sin compromiso para el  curioso que lo quiera visitar…

Desde que entramos, la revelación empieza. Este pasillo, casi secreto, desemboca en un original centro de arte.  Espacios amplios y salas acogedoras se suceden, con asientos, mesas y hasta un bar para los visitantes. En las paredes, sobresalen muy buenos cuadros de Rosalba Hernández e Iris Pérez.

Esta selección no sorprenderá, por la calidad de sus autoras, y, sobre todo, porque esas dos artistas jóvenes son las que dirigen, planifican, coordinan, con vocación y energía, la singular y meritoria  institución cultural. Sus obras se convierten en una cédula de identidad artística…

El Laboratorio. El nombre y razón social del centro, Laboratorio Evolutivo de Arte Contemporáneo, define sus propósitos y propuestas: ser un sitio diferente, donde se crea, se estimula, se experimenta, donde  los proyectos se aceptan sin límites de generaciones ni de categorías. ¡Bienvenido el talento emergente que hace sus pinitos, como el celebrado maestro al cual se rinde un homenaje! ¡Bienvenidas la pintura, las instalaciones, las ‘performances’, las acciones, los videos, y cualquier clase de investigación visual! Evidentemente, el concepto de  apertura incluye, aparte de las presentaciones de obras, una vertiente de diálogo e intercambio de ideas, de formación e información, siempre que el tema y el nivel justifiquen su realización dentro de las actividades programadas.

Iris Pérez expresa, con entusiasmo y firmeza: “Aunque nunca hemos tenido ningún tipo de patrocinio, hemos estado abiertas a propuestas de colegas y artistas sin que el espacio se convierta en una galería comercial, sino un sitio de encuentros, discusión y experimentación, que es lo que más nos ha motivado, ya que somos dos artistas que dirigimos el espacio, nunca ha sido nuestro interés que nos vean como galeristas. Este es un sitio abierto para todas las manifestaciones del arte contemporáneo, incluyendo el que hacemos nosotras”.  En este contexto, cabía plenamente la exposición “Vidas” de Evelyn Lima.

La exposición. La ausencia  de Evelyn Lima de la “cartelera” artística durante dos años se debe a una especialidad que cursaba en España. Egresada de Bellas Artes, Evelyn Lima es también licenciada en Teoría y Crítica de Arte de la UASD, graduándose con una tesis sobre la instalación. Participación en bienales y concursos, Premio en Casa de Teatro,  éxito de exposiciones individuales la distinguen, aunque prefiere participar en colectivas. Esa opción se explica por su labor polifacética: dibuja, pinta, instala, enseña, imparte talleres, monta exposiciones, diseña museografías, ¡nos falta el aliento! Con mucho interés, esperábamos su regreso en la escena dominicana, y lo ha cumplido.

Ahora bien, la pintura de hoy evoluciona en plena libertad, trátese de los temas, de las tendencias, de la técnica, y sobre todo en una exposición presentada en el Laboratorio. Allí, el artista no tiene que probar su actualidad, su compromiso, su vínculo a una escuela. Tampoco está obligado a enmarcar sus cuadros, ni a diseñar una museografía, para que nos identifiquemos con él y su última producción. Este fenómeno plural sucede con Evelyn Lima y su muestra sobre papel, “Vidas”. El montaje es a la vez formal e informal: las hojas blancas  sin enmarcar, se colocan directamente sobre el muro, creando una integración perfecta, y la disposición de las obras sigue un esquema espontáneo, culminando en un panel de bocetos.

Evelyn Lima ha elegido la acuarela, técnica difícil y que ella maneja muy bien. Tanto la pincelada como el colorido –no retocable y delicado por la suspensión de los pigmentos en el agua–, demuestran su habilidad y conocimiento del medio. Hay una transparencia factural, un frescor tonal, un refinamiento de “trazos”, absolutamente deleitables… Pero Evelyn no lo quiere así, ella interviene la imagen con tachaduras, gestos, borrones, en fin “gritos de carboncillo”. Y, más que deconcertados, emprendemos nuestra lectura… ¡que puede diferir de las intenciones de la autora!

Ella ha pintado muebles, accesorios, objetos de la vida cotidiana, a los cuales  atribuye “vidas”, desde una cama –la obra estelar– hasta ramos de flores. Son evidentemente pequeños poemas visuales, pero  ella los rechaza en su integridad estética, los agrede, los dramatiza.

Ese mundo íntimo se convierte en  mundo cuestionado… sino rechazado. La gran pregunta es: ¿un asunto de forma negando la acuarela tradicional, un asunto de fondo, indagando los traumatismos en cosas aparentemente agradables? Ambos… y más allá, una preocupación por la naturaleza; de la madera de los muebles,  en principio seca y muerta, renacen ramitas y hojas. O sea una segunda vida… alegoría de otra vida y la eternidad. Igualmente, podríamos interpretar este conjunto como una iconografía de los sueños.

El gran tema de Evelyn Lima era la casa, casa-corazón, casa-refugio,   casa-mundo, en innumerables variaciones de tamaño, color, formato, cantidad, en dibujo y en pintura,  pero siempre con un techo de dos aguas, y sin repetirse!  El tema de la casa no ha desaparecido… todavía hay una casita. Pero hoy ella se inspira dentro del hogar, ¡son sus vidas interiores que priman!

¡Esta pequeña exposición crece por su concepto y los pensamientos que suscita!

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