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LA PAZ (AFP).- El presidente del Congreso de Bolivia, Hormando Vaca Díez, urgió el lunes a los legisladores modificar la Constitución para permitir la convocatoria a elecciones generales, en medio de fuertes presiones de la sociedad civil que exige esos comicios.
«Vamos por la modificación del (artículo) 93 (de la Constitución), que limita en este caso la elección sólo de presidente y vicepresidente) y después discutimos los demás», dijo el legislador.
El trabajo del Congreso fue atrorado por demandas regionales y sociales para la aprobación de leyes de convocatoria para asamblea constituyente, referendo autonómico, reformas a la ley petrolera y juicio contra el depuesto presidente Gonzalo Sánchez de Lozada,
En el la asamblea del poder Legislativo las elecciones generales no podían aún lograr los imprescindibles dos tercios de los 157 votos legislativos.
«Cometimos el error de haber metido todos los temas» en la agenda congresal, reconoció Vaca Díez.
El líder legislativo advirtió sobre las consecuencias «nefastas» que tendría para el país y el mismo Congreso que el presidente provisorio Eduardo Rodríguez se vea en la obligación de cumplir con su mandato constitucional y llamar sólo a elecciones presidenciales.
La eventual convocatoria a comicios a fin de año también para congresistas implica necesariamente la renuncia de la actual asamblea legislativa, electa en 2002 para un período de cinco años hasta 2007.
El actual Congreso está dominado por una mayoría de derecha sobre una minoría de izquierda indígena y campesina.
Se trata del Legislativo más impopular desde 1982, cuando se restauró la democracia boliviana tras 18 años de dictadura militar.
A pocas horas de la instalación del Congreso los pedidos para el acortamiento del Congreso crecían en intensidad y número en todo el país.
Un sindicato obrero en la central ciudad de Cochabamba amenazó con «bloquear las casas» de los legisladores para obligarles a dimitir.
Lo mismo, un sindicato de maestros rurales en el departamento (provincia) de Chuquisaca (sudeste) advirtió con cerrar rutas si el Congreso no recorta su mandato y canaliza el llamado para elecciones generales en 180 días.
La poderosa Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia también había emplazado su artillería contra el Legislativo.
