Acuerdo entre Colombia y las FARC causa optimismo y duda

Acuerdo entre Colombia y las FARC causa optimismo y duda

BOGOTA, Colombia. Los colombianos reaccionaron ayer desde un optimismo moderado hasta con absoluto escepticismo luego de que la víspera el gobierno y las FARC anunciaran un nuevo acuerdo parcial que, por primera vez en cinco décadas, llevaría a los rebeldes a pasar a la vida política sin el uso de las armas.

Los negociadores del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, alzadas en armas desde 1964, anunciaron ayer en La Habana, donde dialogan desde hace un año, un acuerdo sobre el segundo punto de los seis de la agenda que discuten.

Ese acuerdo versa sobre la participación política de los movimientos surgidos tras la firma de un eventual acuerdo final y por primera vez los rebeldes aceptan abandonar las armas y pasar a la política.

Aunque ese acuerdo sólo regirá en caso de que se selle un pacto en todos los otros temas, nunca en el pasado un gobierno colombiano y las FARC acordaron el paso guerrillero de las armas a la vida política. Se trata de un acuerdo de forma parcial, como el alcanzado en el primer tema de discusiones sobre la política agraria colombiana.

En al menos tres intentos anteriores desde los años 80 de sellar el fin del conflicto, las negociaciones naufragaron tras incluso pactar un cese de fuego o que surgiera un partido político con algunos miembros de las FARC. De allí que en las calles de la capital colombiana algunos expresaron en la jornada sus dudas, escepticismo y también la esperanza de que se concrete un acuerdo final.

“Por el momento nosotros desconocemos realmente el alcance de los acuerdos a que han llegado”, dijo Antonio Yepes, un abogado de 54 años. Dijo saber solamente lo que han informado los medios de comunicación.

Yepes hizo hincapié en la “poca credibilidad” que tiene la guerrilla de las FARC porque “no es la primera vez que se ha intentado (un proceso de paz) y siempre a última hora se paran de la mesa o hacen exigencias demasiadas que el gobierno de turno no les puede cumplir. Yo veo esto con muy poca credibilidad”.

Diana Acevedo, una ingeniera de 31 años, opinó que “ese segundo punto que se firmó el miércoles va a ser muy complicado porque el pueblo colombiano cree que ellos, los de las FARC, no nos representan políticamente”.

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