Bogotá.- El acuerdo de anoche entre el Gobierno colombiano y las FARC para buscar conjuntamente a decenas de miles de desaparecidos en el marco del conflicto armado es un bálsamo que permitirá “aliviar el dolor” de las familias de los ausentes, según dijo hoy el Ejecutivo.
Así lo expuso el jefe negociador de paz del Gobierno, Humberto de la Calle, quien tras regresar de La Habana, donde se divulgó el acuerdo la noche del sábado, dijo en Bogotá que este acuerdo es “una muestra más de que las víctimas son el centro de este proceso».
“Los familiares de las personas que fueron dadas por desaparecidas tienen derecho a sanar las heridas a través de la ubicación de los restos, y tienen derecho a saber qué sucedió”, afirmó De la Calle en una declaración en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
Allí desgranó los detalles del acuerdo, que según escribió hoy en Twitter el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, es “otro paso por la paz” que el Gobierno y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) esperan firmar a más tardar el próximo 23 de marzo.
El pacto alcanzado ayer es importante, explicó De la Calle, porque se encamina a “la satisfacción de los derechos de las víctimas” a través de dos medidas “relacionadas con la búsqueda, identificación, localización y entrega digna de restos de personas dadas por desaparecidas».
Estas iniciativas son, por un lado, la puesta en marcha de “medidas humanitarias” para la búsqueda de desaparecidos, apartado en el que el Gobierno se ha comprometido a acelerar los procesos de identificación y entrega digna de restos de personas muertas en combate durante el conflicto armado.
Mientras, las FARC prometieron aportar “información para la ubicación e identificación de los restos de personas que hayan muerto en su poder”, algo que De la Calle consideró un “gesto humanitario importantísimo».
En esta primera parte del acuerdo se solicitará el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que hoy se declaró listo para ayudar en la tarea. El jefe de delegación de este organismo en Colombia, Christoph Harnisch, explicó en un comunicado que se centrarán en aportar su experiencia en el “apoyo a los familiares, la exhumación de restos mortales en zonas donde no pueda hacerlo el Estado, y la asesoría a las instituciones responsables de esta problemática».
Con respecto a la otra parte del acuerdo, “la creación de una unidad especial de carácter humanitario y extrajudicial para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado”, De la Calle insistió en que este grupo no sustituye ni impide “las investigaciones de carácter judicial».
Además, recordó que mecanismos similares fueron adoptados en varias partes del mundo después de diferentes conflictos, entre los que citó la guerra de Chipre, la del Golfo Pérsico y la de los Balcanes.
Para familiares de desaparecidos en Colombia, el pacto alcanzado en Cuba es un “hito” que reconoce una lucha de más de treinta años que además satisface sus expectativas, ya que se corresponde con las peticiones que hace un año llevaron a la mesa de negociación de La Habana.
Sin embargo, apuntó a Efe Yanette Bautista, directora de la Fundación Nydia Erika Bautista, falta por aclarar el espinoso asunto de las cifras, pues aún se desconoce exactamente cuántas personas desaparecieron en Colombia en el marco del conflicto armado, que dura ya más de medio siglo.
El Centro de Memoria Histórica indicó, en un informe de 2013, que los desaparecidos en el conflicto superaban los 25.000, cifra que, para el estatal Registro Único de Víctimas se sitúa en 45.515 víctimas directas, en tanto que las indirectas, es decir, familiares, ascienden a 114.100 personas.
Para Bautista, la segunda entidad está más cerca de la verdad, si bien la Fundación considera que el número real de víctimas por desaparición forzada puede llegar “hasta 80.000” personas.
La esperanza por el acuerdo se extendió a la ONU, que a través de su oficina en Colombia consideró que con este “importante” paso se “afianza la construcción de confianza entre el Gobierno Nacional y las FARC y ratifica que el proceso de paz avanza hacia un acuerdo final».