POR MARIO MÉNDEZ
Estados Unidos y China llegaron un acuerdo que podría ser firmado en esta semana y que limita el crecimiento de las exportaciones de ropa y textiles del país asiático a la nación norteamericana. La medida, a su vez, limitaría la competencia china en beneficio de la industria textil estadounidense, así como de los exportadores dominicanos y de los demás países de Centroamérica.

China produce a más bajo costo que los productores de ropas y textiles de los Estados Unidos y de los países de la región.

La primera información sobre el acuerdo fue ofrecida por el diario The Washington Post, en base a informaciones obtenidas en fuentes anónimas de la industria textil de los Estados Unidos.

En el marco del DR-CAFTA, al momento de ser aplicada las reglas de origen para la desgravación arancelaria a la ropa y textiles de la región, se tomaría en cuenta que los insumos y materias primas sean producidos en la región, donde los costos son más altos que en China y otros países asiáticos.

Según se informó, el acuerdo se aplicaría del 1 de enero de 2006 al año 2008, un año más del acuerdo pactado con la Unión Europea, y se considera que constituiría una victoria para Estados Unidos.

El acuerdo prevé un incremento de entre 8 y 10 por ciento en las exportaciones a EEUU de la mayoría de los productos textiles de China en el año 2006, un incremento del 13 por ciento en 2007 y del 17 por ciento en 2008.

De acuerdo a lo informado, también Estados Unidos hizo concesiones en este acuerdo, ya que el gobierno de Washington había propuesto un incremento anual en las importaciones chinas de aproximadamente un 7,5 por ciento.

De ser ratificado, el acuerdo bajaría las tensiones entre Estados Unidos y China, que aumentaron a principios de este año cuando los chinos exportaron a este país, en niveles sin precedente, cargamentos de ropa confeccionada y otros productos textiles.

El aumento en las exportaciones de confecciones textiles desde China al mercado mundial se disparó desde el 1 de enero de este año, cuando se eliminó el sistema de cuotas que había estado en vigor durante 30 años.

En Estados Unidos, el descenso en los precios de muchas prendas que produjo la entrada masiva de productos chinos ha impactado negativamente en la industria textil nacional, que teme no poder competir con la avalancha de productos fabricados por una mano de obra mucho más barata.

Según lo informado por líderes de la industria textil estadounidense, el aumento de las importaciones chinas provocó, tan sólo este año, el cierre de 19 plantas y la eliminación de 26.000 puestos de trabajo.

Como medida de “salvaguardia”, el gobierno del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, restableció las cuotas en algunos tipos de prendas, como pantalones, camisas, ropa interior y calcetines, aunque la industria pedía que se incluyesen otras categorías.