Acuerdos pensados como alianza

Acuerdos pensados como alianza

Dos factores han determinado las recientes reuniones y acuerdos entre los partidos Revolucionario Dominicano, PRD, y de la Liberación Dominicana, PLD. El primero es la nueva correlación de fuerza en aquel, la cual se expresa en el triunfo de la facción de Vargas Maldonado y sus recién llegados y el segundo, el retiro de Leonel Fernández, en tanto candidato de la contienda del 2012.

En efecto, los acuerdos entre los dos mencionados jefes políticos para conjuntamente aprobar el proyecto constitucional más atrasado de la historia del país podría no ser meramente coyuntural, constituiría una expresión de una toma de conciencia de ambos y del núcleo que los rodea de que sus proyectos económico/políticos son esencialmente coincidentes.

En ese sentido, podríamos estar asistiendo al final de la larga guerrita entre esos dos partidos, imponiendo ambos una suerte de “fin de la historia” o fin de la lucha política, una ilusión o proyecto de sociedad muy deseada por intereses económicos, políticos y eclesiales que tienden a impulsar muchos viejos y neoperredeístas y peledeístas, con el estribillo de que ya pasaron los tiempos de la confrontación política.

En el caso del PLD, hasta el momento, los llamados presidenciables están inmersos en sus discusiones sobre la forma de elección de los candidatos a los comicios del 2010 y eso evita que al interior de ese partido se plantee de manera clara el contenido y fines de los acuerdos en cuestión. Todos son conscientes de la importancia de esos comicios para la supervivencia de sus facciones, por eso los acuerdos con el PRD por el momento no son objetos de discusión, pero más temprano que tarde habrán de darse cuenta del significado de las coincidencias entre Leonel Fernández y el grupo de Vargas Maldonado.

En cuanto al PRD, las cosas son más claras, la lucha por la secretaría general ha hecho evidente el significado del proyecto “Miguel Vargas Presidente”, de cara al futuro de ese partido. Se lo haya o no propuesto, e independientemente de él mismo, la lucha de Guido Gómez por el mencionado cargo ha permitido que ese significado se entienda de inmediato y no sólo eso, ha evidenciado la miseria de la política partidaria y de ciertos políticos.

Independientemente como termine ese proceso de elección interna, está claro que en el PRD no será fácil mantener los acuerdos aparentemente coyunturales como alianza permanente. Sin embargo, en el caso del PLD, se repite la inveterada tendencia de los principales dirigentes de ese partido hacia el compromiso por la unidad interna y ese hecho, más la pérdida de su memoria histórica y las razones de su fundación, podrían ser factores determinantes para que los acuerdos se conviertan en alianza permanente, terminándose con  esto cualquier intento de cambio de rumbo que algunos puedan tener.

Ojalá que la suerte no esté hecha. Pues a pesar de lo que piensan muchos, lo que pase en esos partidos es de primera importancia para cualquier intento serio de evitar que continuemos el camino que nos está conduciendo hacia el despeñadero.

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