RIO DE JANEIRO (AP).- El presidente Luiz Inacio Lula da Silva ha adoptado el modelo neoliberal que asigna prioridad a la estabilidad macroeconómica y al combate a la inflación pero que concentra los ingresos y desatiende a los sectores mayoritarios, según un obispo católico. El presidente de la Comisión Pastoral de la Tierra de la iglesia católica, el obispo Tomas Balduíno hizo su afirmación en una entrevista divulgada el miércoles.

«El Partido de los Trabajadores se ha vuelto un partido como cualquier otro»», dijo monseñor Balduíno al subrayar que el descontento «se extiende por los movimientos sociales»» brasileños.

Lula, bajo las banderas del Partido de los Trabajadores (PT), se convirtió en el primer presidente de origen netamente obrero y sindical en Brasil.

Las afirmaciones del prelado, que el día 31 cumplirá 82 años, fueron divulgadas en el sitio «Congreso en Foco»», del Poder Legislativo.

«El modelo implantado en Brasil refuerza la concentración de renta, aumenta el desempleo, perjudica el ambiente e instiga a la violencia rural,»» dijo el prelado.

El obispo pertenece al llamado sector progresista de la Iglesia católica desde cuyos movimientos de base surgió el PT hace 25 años. El prelado era considerado uno de los aliados más firmes de Lula y sus declaraciones podrían anticipar una actitud de mayor oposición al gobierno de los movimientos sociales en los que la iglesia católica es influyente.

«Todos estamos convencidos que Lula optó por aquél modelo, que es una continuación del gobierno de Fernando Henrique Cardoso. El es libre de hacerlo. Y esto va a continuar y ahondar el distanciamiento de toda la militancia que esperaba de Lula otro camino»», dijo.

Tras tomar las riendas en enero de 2003, Lula da Silva abandonó la retórica de izquierda y procuró enderezar la economía, que parecía encaminada a un estallido inflacionario. Al cabo de dos años, la inflación está en un 7% y 2004 marcará un crecimiento del producto interno bruto (PIB) del 5%, el mayor en una década.

El obispo dijo también que los indios en Brasil se sienten traicionados por el gobierno, pues hay «morosidad»» en la demarcación de tierras.

Lo mismo ocurre, según dijo, con la reforma agraria que ha quedado lejos de las metas prometidas. Este año, dijo, sólo 70.000 familias han sido asentadas respecto a las 115.000 que se proyectaba asentar.

«El gobierno está débil o no quiere enfrentar el problema de la expropiación de tierras»», dijo.