LA HABANA. AFP. La revelación del líder cubano Fidel Castro de que dos altos dirigentes fueron depuestos por «ambiciones» y conducta «indigna» echó a rodar conjeturas sobre la gravedad del caso y el alcance de la reestructuración en el gobierno de Raúl Castro.
Los cubanos leyeron ayer en los diarios el sorpresivo artículo en el que Castro dice que el poder despertó en los dos funcionarios «ambiciones que los condujeron a un papel indigno», en alusión implícita al vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque. «Faltan muchos elementos para cerrar la historia, cuestiones importantes por aclarar. Espero una explicación, que le pongan a cada uno el pedacito que lleva», expresó Mario Pol, albañil de 42 años, tras leer el escrito de Castro, adelantado el martes en un sitio oficial de internet.
Aumentando las interrogantes sobre las causas de las destituciones, el ex gobernante cubano señaló también que «el enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos».
«Cuesta creer que Lage y Felipe, dos hombre de confianza de Fidel, hayan caído en esto, aunque en realidad no sabemos bien qué sucedió, qué hicieron. Lo correcto sería darnos una explicación, aunque quizás en este momento no sea oportuno», estimó Mercedes Serrano, empleada de un museo del casco histórico de La Habana.
Para analistas, observadores y sectores de oposición interna, la reestructuración evidencia un reforzamiento de Raúl en el poder.