Acusado de herir a congresista no coopera

Acusado de herir a congresista no coopera

PHOENIX, (AP).- El hombre de 22 años acusado de matar a seis personas e intentar asesinar a la representante Gabrielle Giffords en Tucson no está cooperando con las autoridades, dijo el lunes un comisario policial de Arizona.  

Jared Loughner no ha dicho “ni una palabra”, dijo Clarence Dupnik, comisario del condado de Pima, al programa de la cadena de televisión ABC “Good Morning America”.  

Se espera que comparezca en la corte el lunes por la tarde. Los defensores públicos están pidiendo que el abogado que representó al autor intelectual del atentado contra la ciudad de Oklahoma Timothy McVeigh y al llamado “Unabomber” Ted Kaczynski, defienda ahora a Loughner.  

Dupnik dijo que los investigadores están seguros de que Loughner actuó sólo, ya que es “el típico individuo problemático que es un solitario”.  

El comisario dijo que sus declaraciones previas, en las que acusa al cargado ambiente político del tiroteo, fueron resultado de su enfado por los asesinatos, y no de ninguna agenda política.  

Mientras las autoridades presentaban los cargos contra Loughner el domingo, alegaron que él garabateó en un sobre las palabras “mi asesinato” y “Giffords” en algún momento antes de tomar un taxi a un centro comercial donde la congresista se reunía con ciudadanos el sábado por la mañana.  

Giffords, de 40 años, seguía el lunes en terapia intensiva en un hospital de Tucson, tras recibir un disparo en la cabeza a corta distancia. Los médicos dijeron que ella había respondido varias veces a pedidos de mover sus dedos, dándoles esperanza de que pueda sobrevivir.  

El neurocirujano Michael LeMole, de del Centro Médico Universitario de Tucson, dijo el lunes que “la mejor manera de describirla esta mañana es que ella se está aferrando por sí misma”.  

En una entrevista el lunes a la cadena de televisión CBS, LeMole dijo que extirpó una pequeña porción del cráneo de la congresista con el fin de realizar la cirugía, pero que probablemente la reemplazará en algún momento.  

La bala que hirió a Giffords le atravesó la cabeza por el lado izquierdo, pero aún puede responder a órdenes, como la de cerrar una mano o levantar dos dedos, dijeron los cirujanos.

El hecho que esté viva, dijeron, se debe entre otras razones a la buena suerte y a que los paramédicos la llevaron al quirófano en menos de 38 minutos.  

Los investigadores dijeron que se ejecutó una orden de allanamiento en la casa del sospechoso y se incautó un sobre de una caja fuerte con mensajes como “Lo planeé por adelantado”, “Mi asesinato” y el nombre “Giffords” al lado de lo que parece ser la firma del hombre.

Al parecer la pistola Glock que utilizó en el ataque la había comprado en noviembre en una tienda Sportsman’s Warehouse de Tucson.  

Fiscales federales acusaron a Loughner de intento de asesinato y otros cuatro cargos. Enfrenta un cargo de intento de homicidio de un miembro del Congreso, dos cargos de matar a un empleado del gobierno federal y dos cargos de intentar matar a un empleado federal.  

En tanto, el aguacil Clarence Dupnik del condado de Pima afirmó el domingo que Loughner actuó solo.

No se sabía hasta el momento qué lo motivo, pero Dupnik dijo que era una persona desequilibrada.  

Los documentos judiciales muestran también que Loughner había tenido contacto con Giffords anteriormente. Entre otras pruebas se incluye una carta dirigida a él con papelería de Giffords del Congreso, donde ella le agradecía por haber asistido a un acto político en un centro comercial en Tucson en el 2007.  

Loughner abrió fuego contra el director del distrito de Giffords y luego disparó indiscriminadamente a los miembros del personal y otros que estaban en una fila para hablar con la congresista, dijo Mark Kimble, un miembro del personal de comunicaciones de Giffords.  

 “El (agresor) no estaba a más de tres o cuatro pies (90 ó 120 centímetros) de la legisladora y del director de distrito”, dijo Kimble, quien describió la escena como “un caos completo, pues la gente gritaba y lloraba”.  

Loughner está acusado de matar a seis personas, incluyendo a un asesor de Giffords y a una niña de nueve años que nació el 11 de septiembre del 2001, el día de los ataques terroristas contra varios objetivos en Estados Unidos. Catorce personas más quedaron heridas. Las autoridades desconocen el móvil de Loughner.  

Christina Taylor Green nació el 9 de septiembre del 2001 y aparece en un libro titulado “Los Rostros de la Esperanza” que trata sobre la crónica de un bebé de cada estado de Estados Unidos que nació cuando los terroristas mataron a casi 3.000 personas.  

 El hecho de que la vida de Christina haya terminado en tragedia fue particularmente duro para los que la conocían.   Las autoridades identificaron a los demás muertos como el juez Roll, de 63 años; el asesor de Giffords Gabe Zimmerman, de 30; Dorothy Morris, de 76; Dorwin Stoddard, de 76; y Phyllis Scheck, de 79. El juez se había detenido a saludar a Giffords.  

Amigos de Loughner dijeron que era un solitario fumador de marihuana al que el Ejército rechazó en el 2008 y que tuvo problemas de conducta en un instituto universitario local que terminó por abandonar.  

Giffords es una demócrata moderada que padeció ataques frecuentes de la derecha por su apoyo a la reforma de salud impulsada por la Casa Blanca, y su oficina en Tucson sufrió destrozos el día que la cámara baja aprobó esa medida en marzo. 

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