TUCSON, EEUU, (AFP) – Un joven de 22 años comparece este lunes ante una corte acusado de un ataque a balazos en Tucson, Arizona, que el sábado causó la muerte de seis personas e hirió a otras 14, entre ellas una congresista estadounidense.
El presidente Barack Obama encabezó este lunes en Estados Unidos un minuto de silencio para recordar a las víctimas y sus familias de la masacre que estremeció al país.
Obama y su esposa Michelle salieron por la puerta sur de la Casa Blanca a las 11H00 en Washington (16H00 GMT) y se recogieron durante un minuto en el jardin de la residencia presidencial, con las cabezas bajas y los ojos cerrados mientras una campana repicaba.
El presidente y su esposa estuvieron acompañados por el personal de la Casa Blanca, donde las banderas estadounidenses ondean a media asta, al igual que en todos los edificios públicos y legaciones diplomáticos de Estados Unidos en el mundo, tal y como Obama pidió el domingo.
En el Capitolio, donde los congresistas se reunieron en las escalinatas del histórico edificio, el legislador demócrata Emanuel Cleaver recitó: «Rogamos que los espíritus de esta nación sean bendecidos… Ayúdanos a salir de este oscuro lugar para ir a uno más luminoso… Pedimos que nos ayudes a mantener nuestros corazones puros». Herida en la cabeza, la congresista Gabrielle Giffords, de 40 años, permanece en coma inducido.
Fuera del hospital de Tucson, en el que Giffords se encuentra ingresada, numerosas personas han dejado velas, flores y notas incluyendo una que decía: «¡Lucha, Gaby, lucha!». Jared Loughner, de 22 años, disparó 31 tiros cuando Giffords se reunía el sábado con electores en el estacionamiento de un supermercado de Tucson, dijeron los autoridades. Seis personas murieron y 14 resultaron heridas.
El pistolero fue dominado cuando intentaba recargar su pistola Glock 9mm semi-automática comprada en una tienda local. Entre los muertos se cuentan un juez federal y una niña nacida el trágico 11 de setiembre de 2001, cuando Estados Unidos fue blanco de ataques terroristas. Los fiscales dijeron que Loughner fue acusado de cinco cargos, incluidos asesinato e intento de asesinato, y comparecerá ante la corte en Phoenix, la capital de Arizona, a 185 km al norte de Tucson.
«A medida que la investigación continúe, es posible que se presenten cargos adicionales», dijo a la prensa Robert Mueller, director de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) en Tucson.
La fiscalía explicó que Loughner había ido a un acto político similar de Giffords en 2007. Al revisar una caja fuerte en la casa del acusado, quien vivía con su familia, los investigadores encontraron una carta de Giffords agradeciéndole su presencia en aquel acto, aseguraron las autoridades.
En esa caja fuerte fue hallado también un sobre con notas manuscritas con frases como «Planeé de antemano»,»Mi asesinato» y «Giffords», según las mismas fuentes.
Los investigadores rehusaron hacer comentarios sobre el estado mental de Loughner o sus motivos para perpetrar la matanza.
En varios sitios de Internet escribía extrañas elucubraciones sobre la creación de una nueva moneda y criticaba de «analfabetos» a los residentes de Tucson.
El colegio Prima Community, al cual asistió, afirmó que Loughner había sido suspendido por mala conducta y fue expulsado en octubre tras incidentes, según el diario The New York Times. Clarence Dupnik, sheriff del condado, criticó el clima político de Arizona, que el año pasado saltó a la escena internacional con duras leyes contra la inmigración, especialmente por parte de México que está a una hora de Tucson.
«La retórica del odio, de la desconfianza al gobierno, de la paranoia sobre cómo opera el gobierno (…) impacta en la gente», dijo Dupnik, miembro del Partido Demócrata de Obama. Giffords, demócrata de centro, es una de las principales defensoras de la reforma migratoria.
Y aunque se ha mostrado favorable a reforzar la seguridad en la frontera, también tomó distancia, a mediados de 2010, de la controvertida ley que buscaba criminalizar a los inmigrantes ilegales. Ganó un tercer mandato en noviembre, cuando se impuso al candidato Jesse Kelly, respaldado por el movimiento republicano ultraconservador Tea Party.
La ex candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, favorita del Tea Party, había puesto el nombre de Giffords en lo que ella llamó una «lista negra», debido al apoyo de la congresista a la reforma de salud de Obama.