Bajo extremas medidas de seguridad y a bordo de un minibús fueron trasladados al Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo, siete de los 14 imputados por el caso de soborno de la empresa Odebrecht, a los que se les impuso medida de coerción.
Pasaba del mediodía cuando el exministro de Industria, Comercio y Mipymes, Juan Temístocles Montas; el presidente del Partido Revolucionario Moderno y expresidente del Senado, Andrés Bautista; el exministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa; el exdiputado Ruddy González, el exvicepresidente de la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana, Máximo De Oleo; el vicepresidente ejecutivo de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales, César Sánchez y el abogado Conrado Pittaluga fueron sacados uno por uno del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, donde permanecieron por 14 días, desde que fueron apresados el 29 de mayo.
Extrañamente salieron saludando a los simpatizantes, exceptuando Sánchez, quien salió con la cabeza bajada, y González, que caminó sin inmutarse, mirando hacia el frente.
Ya en la cárcel, desde tempranas horas de la mañana, esperaban medios de prensa y curiosos, estos últimos se fueron multiplicando a medida que se comentaba la cercanía de la caravana con los reclusos.
Miembros de la Unidad de Traslado de Alto Riesgo con agentes en el techo y en la entrada reforzado con un canino esperaban al grupo, que trastornó el entorno a su llegada, levantando voces a favor y en contra.
“¡Faltan más!”, coreaban los curiosos mientras grababan con sus celulares el histórico momento en el que exfuncionarios y exlegisladores entraban a prisión, acusados por corrupción.
Temo sonriente. Con una sonrisa de oreja a oreja llegó Montás a Najayo para cumplir seis meses de prisión preventiva que le impuso el juez Francisco Ortega.
El exministro fue el único de los procesados al que le esperó un grupo de manifestantes, que con pancartas en mano proclamaban su inocencia.
A la entrada de la cárcel le esperaban sus hermanos Gamalier y José Montás, este último aseguró que el Ministerio Público conoce de la inocencia de su pariente. “Esperamos que se actúe en justicia”, dijo.

Quien pareció más pensativo fue Bautista, presidente del Partido Revolucionario Moderno, que venía justo detrás de este. Miraba con calma el revuelo causado.
Falta por trasladar el empresario Ángel Rondón, señalado como el que pagaba los sobornos, quien irá a la cárcel de La Victoria.