La anarquía fue ayer la única reinante en la audiencia del denominado caso Paya, cuando acusados y defensores se rebelaron en plena sala ante la decisión del juez Leonardo Cruz García de poner fin a la presentación de incidentes propuestos por la defensa. Aunque todo parecía indicar que la audiencia transcurriría como las anteriores, no fue así.
San Cristóbal. La anarquía fue ayer la única reinante en la audiencia del denominado caso Paya, cuando acusados y defensores se rebelaron en plena sala ante la decisión del juez Leonardo Cruz García, de poner fin a la presentación de incidentes presentados por la defensa.
Aunque todo parecía indicar que la audiencia transcurriría como las anteriores, no fue así. Luego de que las partes presentaron sus calidades, el abogado Juan de la Rosa, defensor de Noé Martín Sterling Villalón, pidió la palabra al juez para presentar un incidente relativo a la cantidad de fiscales en el proceso.
Al pedido, el juez Leonardo Cruz García le preguntó si se trataba de la acusación como tal, a lo que De La Rosa respondió que no. Entonces, el magistrado ordenó al abogado que se sentara y concedió la palabra al Ministerio Público, para que presentara su acusación. Y ahí fue cuando se inició el desorden.
Se fueron
¡Así no!, comenzaron a vociferar los abogados, mientras abandonaban la sala de audiencias, en la primera planta del Palacio de Justicia. Ya fuera, se quejaron de la actitud del juez, la que calificaron de violatoria de los derechos fundamentales. Nos bajamos del estrado porque él tiene que garantizar el mismo derecho a todos, expresó De la Rosa.
El caos hizo retirar al juez
Con ambas manos en la mejilla, el juez Cruz García observó la escena y otorgó la palabra a los fiscales, quienes solicitaron declarara el abandono de la defensa de todos los imputados. El pedido fue suficiente para que los acusados se levantaran de sus asientos en evidente protesta. ¡Queremos nuestros abogados!, demandaban, en un tono tan airado que indujo al juez a bajar de estrado.
Insultos y salida de prensa
Con la autoridad fuera de la sala y 13 fiscales en calma tensa, los acusados de la matanza de siete colombianos en agosto de 2008 se desbordaron en insultos y quejas y fue aquí cuando el juez ordenó, vía el alguacil, la salida de la prensa, pero luego dispuso que los periodistas retornaran.
Cuando toca, toca
Con los periodistas fuera, los presos amenazaron a un policía encubierto en la sala, al que acusaron de haberlos maltratado cuando fueron interrogados en el 2008. ¡Abusador! No te apures, que cuando toca, toca, se escuchó decir a uno.
De espaldas escucharon la decisión
En un tercer llamado para retornar a la audiencia, el juez volvió a otorgar la palabra al Ministerio Público, pero los acusados insistieron en reclamar a sus abogados y en externar sus quejas: Estamos hartos de estar presos, pero sin abogados no se puede, insistían ante el juez.
Ante la actitud, el magistrado les prometió otorgarles la palabra en otro momento y volvió a ceder el turno al Ministerio Público, pero fue en vano. Con más insistencia, los imputados se quejaron y dieron la espalda al tribunal, posición en la cual repetían, con palmadas: ¡Justicia, Justicia!. Esto provocó la segunda retirada del juez, pues la audiencia se tornó, evidentemente, inmanejable. Los custodias esposaron a los presos y el magistrado volvió dos horas después.
Declara abandono
A las 2:00 de la tarde, hora y media después, el juez volvió con la sentencia. Declaró abandonada la defensa de los 25 imputados y ordenó que fuera reemplazada por defensores públicos. Sancionó a los 24 abogados participantes ayer al pago de las costas producidas por su reemplazo en favor de la Defensa Pública, y ordenó que se envíara copia de la decisión al Colegio de Abogados, a fin de que sea examinada la actuación de los mismos. Fijó la continuación del proceso para el próximo viernes 24. ¡Mejor condénenos ahora! gritaron algunos de los imputados en respuesta a la decisión de que fueran asistidos por defensores públicos. Mientras, sus abogados prometieron recusar de nuevo al juez y asistir el viernes.