El tribunal penal del Vaticano acusó el sábado de extorsión, abuso de autoridad y fraude a 10 personas (incluido un cardenal) y 4 empresas, por sus vínculos con una inversión de la Secretaría de Estado de la Santa Sede en un negocio inmobiliario en Londres por valor de 350 millones de euros. El juez Giuseppe Pignatone, decretó que el juicio comience el 27 de julio.
Los acusados incluyen 5 exfuncionarios de la Santa Sede, entre ellos un cardenal y dos funcionarios de la Secretaría de Estado, así como los empresarios italianos que manejaron la inversión en Londres. A ellos se suma un experto italiano en inteligencia acusado de malversación de fondos.
Los fiscales acusan a los sospechosos de quedarse con millones de euros del Vaticano en honorarios y pérdidas relacionadas con otros negocios financieros. Todos los sospechosos han negado los cargos.
Uno de los sospechosos principales, Gianluigi Torzi, está acusado de extorsionar al Vaticano por 15 millones de euros para entregar la propiedad del inmueble en Londres a fines de 2018.
La Santa Sede había contratado a Torzi para ayudarla a adquirir la plena propiedad del edificio a otro gerente financiero acusado que había manejado la inversión inicial.
La fiscalía alega que Torzi a último momento insertó en el contrato una cláusula que le daba pleno derecho a voto en la transacción.
Pero la jerarquía vaticana firmó el contrato, aprobado por el número dos, cardenal Pietro Parolin y su adjunto.