WASHINGTON. El Departamento estadounidense de Justicia anunció este jueves la imputación de 16 policías de Puerto Rico por dirigir presuntamente una organización criminal de robos y narcotráfico desde la comisaría.
La acusación «desmantela una red entera de oficiales que, alegamos, usaron sus insignias y sus pistolas no para hacer respetar la ley, sino para romperla», dijo el vice Fiscal General, David O’Neill en un comunicado. Los acusados, de entre 28 y 52 años, enfrentan cargos por estafa, extorsión, robo, perjurio, así como uso y venta ilegal de armas, y trafico de drogas, cometidos desde al menos 2009 hasta enero de 2014.
Durante ese tiempo, dos de ellos, José Flores Villalongo y Carlos Candelario Santiago, tenían rango de sargentos de la Policía de Puerto Rico, y el resto eran oficiales.
Según el comunicado, los policías instalaban puestos de control o entraban a los hogares de presuntos delincuentes para robar dinero o drogas, y además sembraban evidencias para realizar falsos arrestos y luego liberar a sus víctimas bajo extorsión.
Para ello usaron armas, vehículos y equipos de la policía, y encubrieron su actividad ilegal con documentos judiciales falsificados u obtenidos de manera fraudulenta, continúa el texto. «La familia más experimentada de la mafia estaría muy orgullosa», señaló O’Neill.