BUENOS AIRES.- La presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, fue acusada ayer de encubrir a exgobernantes iraníes sospechosos del atentado antisemita de 1994, medida que avala la denuncia del fiscal Alberto Nisman, muerto en enero en misteriosas circunstancias, informó la Fiscalía.

Kirchner podría ser citada a dar una declaración indagatoria, presencial o por escrito si el juez Daniel Rafecas, lo decide. Pero para eso debe ser destituida con mayoría de dos tercios de legisladores presentes en ambas cámaras del Congreso. El parlamento cuenta con mayoría oficialista en las cámaras de Diputados y Senadores.

El fiscal Gerardo Pollicita aceptó los argumentos de Nisman y acusó a la Presidenta y al canciller Héctor Timerman de encubrimiento por favorecimiento personal, estorbo del acto funcional e incumplimiento de deberes de funcionario.

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Golpismo judicial

El Gobierno aseguró que la acusación es un intento de «golpismo judicial» y que una marcha de silencio convocada por fiscales y apoyada por la oposición para el miércoles, cuando se cumple 1 mes de la muerte de Nisman, se trata de un intento de «desestabilización del sistema democrático». La denuncia «carece de sustento jurídico por inexistencia de delito», señalaron el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich y el secretario general, Aníbal Fernández.