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MADRID (AP) Amnistía Internacional acusó ayer a las autoridades españolas de tolerar de forma extendida y persistente la tortura y abuso de los detenidos por las fuerzas de seguridad.
EL grupo, con sede en Londres, pidió además la instalación de circuitos cerrados de televisión en las comisarías policiales y la creación de un organismo independiente para estudiar los posibles casos de tortura.
El discurso oficial hasta ahora es que los casos de tortura son aislados, es lo que dice el ministerio, la fiscalía, el Consejo General del Poder Judicial. Nuestra evaluación, sin embargo, es que no son aislados, dijo el director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán.
Las quejas de tortura y malos tratos por parte de la policía española usualmente han provenido de miembros del grupo separatista vasco ETA, pero Amnistía ahora sostiene que los abusos ocurren con todo tipo de sospechosos y que hubo un número creciente de casos con posibles tintes racistas.
El problema es que en España, la tortura y los abusos de los detenidos por parte de los agentes encargados de hacer cumplir la ley no está reconocido. Esa práctica es extendida y persistente, según Amnistía.
Un funcionario del Ministerio del Interior, que habló a condición de guardar el anonimato, rechazó la denuncia de Amnistía, aunque reconoció que con 150,000 agentes de las fuerzas de seguridad, es posible que existan algunos casos aislados.
Beltrán presentó el informe Sal en la herida: La impunidad efectiva de los policías en casos de tortura y abusos a los periodistas extranjeros. Incluyó 15 casos sobre denuncias de anuncio físicos y sicológicos. Beltrán dijo que Amnistía entregó el informe de 60 páginas al Ministerio del Interior. No hay casos de racismo ni tortura en España porque no se registran, insistió Beltrán.
Mal trato en brasil
La «tortura y los malos tratos son todavía generalizados y sistemáticos» en las prisiones de Brasil, según denuncia un informe del Comité de la ONU Contra la Tortura, reunido esta semana en Ginebra.
