Acusan al régimen de Asad de matar detenidos «a nivel industrial»

Acusan al régimen de Asad de matar detenidos «a nivel industrial»

LONDRES. AFP. Tres exfiscales internacionales acusaron al régimen sirio de Bashar Al Asad de torturar y matar detenidos a «nivel industrial», en un informe basado en el testimonio de un desertor y encargado por Catar, país que apoya a los rebeldes sirios.  

El informe, publicado por el diario británico The Guardian y el canal informativo estadounidense CNN, se basa en el testimonio no autentificado y las fotos facilitadas por esta fuente, anónima por razones de seguridad.

El confidente, un fotógrafo que afirma haber desertado de la policía militar siria, suministró a los expertos forenses comisionados por el gabinete jurídico que representa a Catar unas 55.000 fotos digitales de 11.000 presos muertos.

El fotógrafo afirma que murieron en cautiverio antes de ser transportados a un hospital militar para ser fotografiados.

Se trata de 11.000 muertos únicamente en una región. «La cifra viene de un único lugar, que no puedo revelar por razones de seguridad», dijo a la BBC Desmond de Silva, uno de los tres autores del informe.

«Hay muchos más» muertos en el conjunto de Siria, añadió De Silva, que fue fiscal del tribunal especial para Sierra Leona.   Las imágenes «dan cuenta del asesinato sistemático de detenidos por hambre y torturas. Se ven ojos arrancados, gente horriblemente golpeada, cuerpos mutilados, son imágenes terribles», dijo.

«Las fotos de los cadáveres demacrados recuerdan a los de los campos de concentración nazis», añadió. «Estimamos que los elementos que nos proporcionó ¡el confidente¿ pueden contribuir a hallar crímenes contra la humanidad», explicó De Silva a la BBC.

El exfiscal estimó «muy poco probable» que se trate de fotos falsas.

El documento de 31 páginas fue redactado por Desmond de Silva, Geoffrey Nice, fiscal jefe en el juicio del expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic, y David Crane, que inculpó al presidente liberiano Charles Taylor.

La publicación del informe coincide con el inicio de la conferencia Ginebra II destinada a sacar a Siria de la guerra civil.

Los autores del informe consideraron creíbles al testigo y sus pruebas después de someterlos a «un examen riguroso», y pusieron el resultado de su trabajo a disposición de la ONU, gobiernos y organizaciones de defensa de los derechos humanos.   «Ahora tenemos pruebas directas de lo que sucedió a las personas que desaparecieron», comentó Crane.

El informe fue solicitado por Catar, de mayoría sunita, que respaldó de inmediato a los rebeldes cuando se alzaron en 2011 contra el presidente Asad, apoyado por el Irán chiita.

El secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague, dio crédito al informe afirmando que «ofrece nuevas pruebas de la violencia y brutalidad sistemáticas perpetradas contra el pueblo de Siria por el régimen de Asad».

La ONU y organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch ya habían informado de que el régimen sirio y, en menor medida, los rebeldes cometían torturas y abusos.

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