BAGDAD (AP) — Irán utiliza a la milicia chií libanesa de Jezbolá como su intermediario para armar a milicianos chiíes en Irak, y la unidad elite iraní Quds ayudó a los extremistas que lanzaron en enero el ataque en Karbala que mató a cinco soldados de Estados Unidos, afirmó un general estadounidense ayer.

 Las aseveraciones fortalecen las acusaciones de Estados Unidos de que Irán está alentando la violencia en Irak, negadas por Teherán. Es la primera vez, además, que el ejército norteamericano asevera que Jezbolá actúa de manera directa. 

El vocero militar estadounidense, el brigadier general Kevin J. Bergner, afirmó que un prominente agente operativo del Jezbolá libanés, Alí Mussa Dakdouk, fue capturado el 20 de marzo en el sur de Irak.

Bergner dijo que Dakdouk participó durante 24 años con Jezbolá y “trabajaba en Irak como un apoderado de la fuerza iraní de Quds”, organizando a los milicianos en grupos para atacar a las fuerzas estadounidenses e iraquíes. 

El general aseguró también que Dakdouk era un enlace entre los iraníes y el grupo disidente chií dirigido por Qais al-Jazaali, un ex vocero del clérigo iraquí Muqtada al-Sadr. 

Bergner dijo que la organización de al-Jazaali ejecutó el ataque de enero contra una instalación del gobierno provincial en Karbala y que los iraníes asistieron en la preparación. 

Al-Jazaali y su hermano Alí al-Jazaali, ambos arrestados en marzo, al ser interrogados dijeron que el ataque “no podría haberse realizado sin apoyo de la fuerza de Quds”, añadió Bergner.

 Documentos confiscados durante la detención de al-Jazaali mostraron que la fuerza Quds había elaborado información detallada de las posiciones estadounidenses, incluyendo “cambios de turno y de defensa”, y compartido esa información con los atacantes, dijo el general. 

El portavoz de Jezbolá en el Líbano expresó que estaban investigando las aseveraciones de que Dakdouk era miembro del grupo y se negó a efectuar otras declaraciones.

En el pasado, el grupo ha negado desarrollar actividades en Irak. 

El ataque de Karbala fue uno de los más graves y sofisticados contra las fuerzas estadounidenses en cuatro años de enfrentamientos en Irak, y las autoridades norteamericanas sugirieron en ese momento que Irán estaba detrás de ello.