Acusan seguridad PRD asesinar hombre

Acusan seguridad PRD asesinar hombre

La abuela y la esposa de Ambiorix Romero Soto, de 21 años, muerto de un balazo el pasado miércoles, acusaron ayer a miembros de la seguridad del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de haber disparado a quemarropa contra el joven, en medio de un incidente en el barrio Villa María, próximo al lugar donde el partido blanco celebraba su mitin de cierre de campaña.

Mientras, testigos de la tragedia dijeron que los hombres que mataron a Romero Soto fueron los mismos que golpearon y le destruyeron las cámaras a los reporteros gráficos de HOY y El Nacional, Franklin Guerrero, Reynaldo Brito y Jorge González, luego de que le tomaran fotos mientras ellos disparaban a residentes de Villa María.

«(Ay, la seguridad del PRD me mató a mi muchacho, ay me le dieron un tiro en el pecho que lo mató de una vez, ay mi bebé!», gritaba desconsolada doña Eugenia Encarnación, abuela de la víctima.

En el callejón de la casa número 344 de la calle José Martí, donde vivía el joven ultimado, familiares y vecinos trataban de consolar a doña Eugenia, pero su llanto era incontenible y contagiaba a los demás, en cuyos rostros también se reflejaba el dolor y la impotencia.

Anegada en lágrimas, doña Eugenia cuenta que vio a su nieto Ambiorix pasar corriendo por donde ella estaba, pero dice que nunca pensó que segundos después lo iban a matar de un tiro en el pecho.

Ni siquiera cuando escuchó los disparos pensó que le podía pasar nada a su «bebé» como todavía le llama.

Testigos de la tragedia dijeron a HOY que a eso de las 4:30 de la tarde del miércoles, el día del mitin de cierre de campaña del PRD, se produjo un enfrentamiento a tiros y pedradas entre jóvenes residentes en Villa María y supuestos miembros de la seguridad perredeísta, luego que desconocidos lanzaran piedras y botellas hacia la avenida Quinto Centenario, casi esquina José Martí.

Indicaron que personas con gorras del PRD y chalecos, con armas largas y pistolas avanzaron por la José Martí disparando indiscriminadamente.

Susana Ramírez García, esposa de la víctima, cuenta que en medio de los disparos su marido fue a buscarla a ella y a su niña de cuatro meses a un colmado que está en la José Martí esquina Luis Reyes Acosta, y que fue allí donde lo ultimaron.

Dijo que Ambiorix recibió un disparo en el pecho, dio algunos pasos, tosió y de su boca salió un borbotón de sangre y entonces, frente a ella y su niñita de cuatro meses, su vida se apagó para siempre.

Con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, la joven viuda y madre de tres niñas, incluyendo a Keissy Nayeli, de cuatro meses, exclamó que sólo pide que se haga justicia, que Ambiorix no quede como otro muerto de campaña a quien la propaganda política cubre con el olvido, mientras su crimen queda impune.

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