POR EDUARDO KLINGER PEVIDA
Derivado de mis muchos años de trabajo en el Caribe he estado impartiendo desde hace mucho tiempo Geopolítica del Caribe y otros temas relacionados en los niveles de postgrado. En consecuencia, un tema de relevancia que necesariamente tenemos que abordar es el de los riesgos de seguridad que implica para la región, pero especialmente para la República Dominicana, la situación haitiana y, en consecuencia, las opciones de solución y los roles que pueden y deben asumir sus “amigos”.

Obviamente, siempre recordamos y reiteramos que la génesis de la situación en el hermano país se ubica en su pobreza y no en el pueblo haitiano en si mismo.

Si bien los peligros de seguridad regional que se desprenden de la situación geopolítica en Haití amenazan en primer lugar a su vecino inmediato, un deterioro de la situación interna es, tiene que ser, preocupación de todos. La vulnerabilidad de sus costas, limitación o ausencia de los órganos institucionales pertinentes para combatir el narcotráfico y el crimen organizado, el contrabando, la explosividad social, las corrientes migratorias son todas situaciones peligrosas para la región.

Es de suponer que la comunidad internacional no este dispuesta a permanecer indefinidamente con una Fuerza de Paz en territorio haitiano y que espere que progresivamente sus autoridades se vayan haciendo cargo de la situación. Es lógico. Pero resulta entonces pertinente que esa misma comunidad intente identificar opciones más allá de lo clásico. La urgencia haitiana nos exige audacia e imaginación.

Sociológicamente es evidente, y esta mas que demostrada, la intervinculación entre pobreza y crecimiento demográfico. Mientras mas pobre es un país mas crece su población. A la vez que más se desarrolla una nación más lenta se hace su tasa de nacimiento. No es el objetivo ahora el analizar las causantes.

Cuando se analizan los recursos de la región del llamado Gran Caribe resalta el caso de algunos territorios de considerable extensión y escasa población. Recursos humanos escasos constituyen para algunos una gran limitante para el desarrollo en tanto que una densidad demográfica muy alta, excesivo número de habitantes por kilómetro cuadrado, constituyen un serio problema para el desarrollo y la reducción de la pobreza.

Observemos algunos casos regionales: la República de Guyana tiene una extensión de 214 970 kms.2 y una población de apenas 767 245 para una densidad de 3.6 personas por kilómetro cuadrado; Suriname posee 163 270 kms.2 y tan solo 439 117 habitantes para una densidad de solo 2.7 habitantes por km.2, en tanto la Guayana Francesa – territorio de Francia uno de los “Amigos de Haití” – se extiende por 91 000 kms.2 con solo 199509 habitantes y una densidad de apenas 2.2 habitantes por km.2 . Todos estos casos representan densidades de las más bajas en todo el mundo. Sin embargo, Haití en solo 27 750 kms.2 alberga una población de 8 308 504 habitantes para una densidad demográfica de 299 habitantes por km. 2; una de la mas altas del mundo.

Otro de los notables integrantes del grupo de “Amigos de Haití”, Canadá, presenta una situación no menos interesante: se trata del segundo país mas grande del mundo con 9 976 140 kms.2 y una población de apenas 33 098 932 lo cual le da una densidad de solo 3.3 personas por kilómetro cuadrado.

Es mucho lo que realmente se puede hacer a favor de sufrido pueblo haitiano.

En lo que finalmente le llega la ayuda prometida, se desarrollan las infraestructuras imprescindibles y maduran las inversiones, consolidándose la gobernabilidad política y la democracia habrá de pasar muchos años y el propio y continúo deterioro de la situación hará cada vez más difícil el lograr la urgente estabilidad.

No voy a hablar de los casos de la República de Guyana ni de Surinam que son naciones independientes, si bien están asociadas con Haití a través de CARICOM que es el órgano multilateral que mas preocupación ha manifestado por a situación haitiana.

¡ Adelante Amigos de Haití”