¡Adelante y valor!

¡Adelante y valor!

Tenían el Congreso Nacional integrado por borregos cuyo conocimiento del idioma tenía  una sola exigencia: que supieran decir “corroboro”, para votar por cualquier proyecto de ley, resolución o instrumento legal emanado del Poder Ejecutivo.

Tenían la Policía y las Fuerzas Armadas aterrorizadas con un sistema de caliesaje interno, que provocó incontadas muertes de militares y policías que entendían que el país merecía un mejor destino, vivir bajo un sistema que respetara las libertades públicas y el derecho a disentir.

Tenían a hombres, mujeres, niños y ancianos presos en la gran cárcel que constituían los 49 o 50 mil kilómetros cuadrados de la República. Tenían un sistema de control y terror cuidadosamente elaborado durante 31 años de vigilancia que nos hicieron creer que “las paredes oyen”.

Tenían el manejo de la economía nacional con el control del sector privado mediante la amenaza de abusar del poder a través de las agencias recaudadoras de impuestos.

Tenían, además, la pareja de empresarios más ricos del país: el Estado y Trujillo, a quien no se le ocurrió decir como aquel engreído rey francés que se atrevió a equipararse con el Estado, pero uno de los lameculos del tirano criollo creó la malhadada frase: Dios  y Trujillo.

Y llegó el feliz día en que el pueblo hizo suya la consigna: ¡Basta ya!

La palabra, la prensa, el dinero, muchos talentos, han servido para ofrecer una visión de tuertos con la aviesa intención de engañar. Un demagogo montado sobre el engaño y la mentira, logró presidir Ecuador en cuatro o cinco oportunidades. Aquí, Buenaventura Báez, vende patria que empeñó la soberanía nacional, ocupó el solio presidencial cinco veces. 

Joaquín Balaguer ocupó la Presidencia 6  o 7 veces pero fue sincero cuando dijo que si el presidente Nixon, o 20 senadores norteamericanos le pedían la renuncia, resignaría el poder.

Pese a  los periodistas chupamedias, los medios complacientes, ciegos o vendidos, han tenido que hacerse eco de las protestas  pacíficas, firmes y contundentes de ciudadanos indignados y descontentos por el escandaloso déficit fiscal acumulado en los últimos cuatro o cinco  años del gobierno de Leonel Fernández, superior a los 400 mil millones de pesos.

Leonel y su pandilla piensan que su blindaje congresual y judicial le responderá como bueyes tirados por un narigón, juegan a que el pueblo está dormido por sus palabras almibaradas.

El movimiento de protestas y la actitud abusiva del gobierno se encontrarán y ojalá sea en una mesa de diálogo franco y sincero y no en un choque que produzca una situación de ingobernabilidad.

¡A la calle! No importa que  tengan los poderes públicos de su lado, la lucha popular bien dirigida ofrece claros ejemplos históricos que siempre dan ganadores a los pueblos.

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