Adele Gödel, de eclipsada mujer de un genio a “diosa de pequeñas victorias»

Adele Gödel, de eclipsada mujer de un genio a “diosa de pequeñas victorias»

Madrid. Kurl Gödel era uno de los matemáticos más brillantes del siglo XX, pero su genialidad fue devorada por su lado paranoico, depresivo y anoréxico. Un infierno cuyos demonios se afanó en ahuyentar durante 50 años su mujer, Adele, una exbailarina de bar convertida ahora en “La diosa de las pequeñas victorias».

Gödel, padre de los teoremas de la incompletitud, considerados uno de los grandes avances de la lógica matemática, o del axioma de elección y de la hipótesis del continúo, “tardó una vida entera en suicidarse”, según Yannick Grannec, quien con esta primera novela, editada ahora en español por Alfagüara, ganó el prestigioso Premio de los Libreros Franceses en 2013.

Apasionada de las matemáticas, Grannec descubrió la existencia de Adele en algunas líneas en las que era citada de pasada en ensayos que leyó sobre Gödel, y siempre el tono con el que los autores aludían a ella era el de la condescendencia o incluso el ninguneo.

“Algunos se preguntaban por qué un genio como Gödel eligió a una mujer tan poco culta y tan normal, pero al conocer los problemas mentales de él, yo me hice la pregunta inversa- ¿cómo pudo ella soportar a un hombre así durante 50 años?”, confiesa Grannec en una entrevista telefónica con Efe desde su domicilio en Saint-Paul-de-Vence, cerca de Niza, en la Costa Azul francesa.

Cuando decidió novelar la vida de esa atípica pareja de austríacos, desde que se conocen en Viena hasta que mueren en Pricenton (EE.UU.), Grannec vio claro que había dos misterios que explorar. Un arduo trabajo que le llevó cuatro años. Por un lado, estaba el reto científico, “pues el trabajo de Gödel es de una complejidad loca”, subraya esta diseñadora industrial y profesora de Bellas Artes, reconvertida a escritora a jornada completa tras el éxito de su “opera prima” traducida a ocho idiomas. Y, por el otro, añade, estaba “el misterio de esa pareja que aguantó 50 años y la curiosidad de saber sobre qué reposaba su amor, qué unía a esos dos seres tan diferentes».

Siguiendo las huellas de este matemático superdotado procedente de la alta burguesía austríaca y de una exbailarina de bar, hija de un fotógrafo de barrio, el lector recorre el agitado siglo XX. En sus más de 450 páginas, “La diosa de las pequeñas victorias» repasa la subida del nazismo en Europa, la Segunda Guerra Mundial, la huida de la pareja a Estados Unidos en un gélido viaje en el transiberiano, la gloriosa época de la Universidad de Princeton en los años cincuenta, la “caza de brujas” del macarthismo en EE.UU. y llega hasta finales de los años setenta, cuando mueren los Gödel.

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