¿Adelgazar? sí… pero sin riesgos

¿Adelgazar? sí… pero sin riesgos

La moda por la esbeltez se impuso después de la Primera Guerra Mundial, pero fue en los años 80 cuando empezó la auténtica cruzada contra los kilos superfluos y la obesidad, con la proliferación de productos ligeros, centros para adelgazar, píldoras milagrosas y recetas dietéticas.

Para combatir los kilos que sobran es aconsejable acudir a un médico especialista, quien propondrá la dieta más adecuada a cada persona. Si sólo se quieren perder dos o tres kilos, lo mejor es comer de todo, pero menos cantidad u optar por frutas y verduras diariamente.

ÍNDICE DE MASA CORPORAL

Las frutas y hortalizas son los mejores aliados para bajar los kilos de más. La idoneidad de las verduras y frutas para bajar peso es una recomendación común de los especialistas y un consejo clave, según opina  la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), que sitúa a estos alimentos como el “eje” sobre el que debe girar una dieta hipocalórica.

Sin embargo, antes de entregarse al cometido de bajar kilos y obsesionarse con la idea, la SEDCA recuerda que adelgazar es una recomendación sanitaria “sólo” cuando existe obesidad.

Las circunstancias se aclaran con una simple ecuación con la que se obtiene el Índice de Masa Corporal (IMC) que relaciona peso y talla y constituye la piedra angular sobre la cual los nutricionistas construyen sus recomendaciones.

Si la cifra que resulta de dividir el peso en kilos entre la talla en metros al cuadrado está entre 25 y 19, estamos ante una situación de sobrepeso; entre 30 y 24 es obesidad tipo I y entre 35 y 39 obesidad tipo II.

Por debajo de estas cifras estamos ante unos kilos de más que suponen una exigencia estética, eso sí, tiránica para muchos y especialmente para las  mujeres, pero no un problema de salud.

En caso de ponerse a la tarea, el primer consejo de la SEDCA es huir de las dietas milagrosas que proliferan en publicaciones femeninas,  sobre todo destinadas a las más jóvenes.

Una dieta con menos grasas, más frutas y verduras, nada de dulces ni alcohol (un gramo de alcohol tiene 9 kilocalorías) además de la práctica continuada de ejercicio físico es la fórmula para ganar la batalla a la báscula. Caminar media hora al día a paso ligero es económico y da muy buenos resultados.

Incluso en el caso de una dieta, si es muy prolongada y se lleva a cabo sin realizar ejercicio físico,  puede dar lugar a la disminución de la tasa metabólica basal, provocada por la pérdida de masa muscular, causante del efecto “yoyó”. Esto hará aumentar el peso inicial tras finalizar la dieta.

FRUTAS Y VERDURAS

La dieta idónea puede contener carbohidratos, sobre todo de absorción lenta (pan, pasta, arroz y legumbres), aunque se recomienda cuidado con la cantidad de pan.

 Las grasas no deben superar el 25 por ciento del total de la dieta. Los embutidos serán eliminados y la carne debe ser poco grasa, sin pasar de tres veces por semana, aunque es preferible que sea sustituida por el pescado, tanto blanco como azul.

La base de la alimentación son las frutas y verduras, con 3 o 4 raciones de verduras y fruta (todas salvo el aguacate, el plátano, las uvas y los higos por su contenido energético).

ADEMÁS LA FRUTA ES EL TENTEMPIÉ IDEAL

Uno de los trucos para alejar las tentaciones es precisamente poner a mano una pieza de fruta, zumo de tomate o una zanahoria para alejar las tentaciones. Los huevos no deben sobrepasar los tres por semana, mientras los lácteos se deben tomar descremados y los quesos quedan eliminados de la dieta salvo los frescos sin sal.

El ejercicio también debe seguir unas pautas y debe ser progresivo. Al principio bastan 15 minutos de ejercicio suave tres veces por semana (natación o bicicleta), que puede pasar a una periodicidad de cinco veces por semana en un mes y a media hora cada día al mes siguiente.

Para hacer más fácil el camino al peso ideal, se recomienda seleccionar alimentos nutrientes pero bajos en calorías y evitar ayunos prolongados (cinco comidas diarias es el ideal). Además se deben planificar los menús y mantener una de las reglas de oro: “no hacer nunca la compra con hambre”.

CUIDADO CON LAS DIETAS MILAGROSAS

Las dietas para adelgazar que proponen métodos rápidos y sin aval científico pueden ser perjudiciales para la salud y además producen un efecto rebote que hace que se recuperen más kilos de los que se han perdido.

Los endocrinos y los especialistas en nutrición alertan del peligro de dietas como la de la alcachofa, el apio, el agua de la papa hervida y otras semejantes, que son difíciles de seguir y que más que ayudar a adelgazar,  son la causa del llamado efecto “yoyó”, que supone la ganancia de los kilos perdidos al abandonar la dieta y con frecuencia el incremento de algún kilo extra.

Sólo la alimentación equilibrada, restringida en grasas y que incluya todos los grupos de alimentos ayuda a perder peso y a adoptar hábitos de alimentación saludables, necesarios para no recuperar lo perdido con el paso del tiempo.

La obesidad supone pérdida de la calidad de vida porque suele llevar asociada un número muy elevado de enfermedades: desde la diabetes, hipertensión, arritmias e insuficiencia cardíaca hasta problemas articulares en columna, caderas y rodillas, digestivos y de otros tipos como las varices.  EFE-REPORTAJES

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