MINNEAPOLIS.   Cuando Rick Adelman se separó de los Houston Rockets en la primavera, dijo que pensaba que le quedaba un trabajo más de entrenador en algún lado.

La mayoría pensó que iba a esperar el momento oportuno con un equipo veterano a punto de ir detrás de un título de la NBA que se le ha escapado durante más de 20 años.

Pero gracias a unos cuantos halagos y un montón de paciencia de parte de los Minnesota Timberwolves, Adelman decidió sumergirse en, tal vez, el mayor reto de su carrera condecorada.

Los Timberwolves presentaron a Adelman el miércoles como su próximo entrenador en jefe, entregándole las riendas del equipo más joven de la liga que ha perdido 132 partidos durante las dos últimas temporadas y parece estar por lo menos a unos cuantos años de ser una competencia en los playoffs.

«Me quedé mirando a este grupo y pensé, esto podría ser una situación muy buena con los jóvenes que tienen y el talento con el que cuentan», dijo Adelman. «Uno nunca sabe lo que puede hacer y sentí que era un gran reto, así que decidí que es un buen lugar, es un buen lugar para aceptar el desafío y tratar de cambiar las cosas».