Culminaron los días de la Feria. La fiesta llegó a su final, y aunque con una nostalgia inmediata debemos hacer acopio a esa bella y vieja salsa de Willy Colón que establece que todo tiene su final y que nada dura para siempre, poco a poco hemos vuelto a la cotidianidad sonante y rampante después de haberle tocado la punta de la oreja a la luna.
Tras disfrutar y vivir una euforia cultural poca veces vivida y sentida, tenemos que despedirla con fuertes y sentidos aplausos y con un reconocimiento especial a la Secretaría de Cultura toda, a su máximo representante el licenciado José Rafael Lantigua y a todos los que desde la oficialidad y desde la empresa privada nacional o internacional aportaron para tanto esplendor.
¡Hasta el 2007!