Cuchito, mi querido tío coctelero, se ha ido para siempre; quedará sin embargo muy presente en el recuerdo de quienes le quisimos como familiar excepcional  y como amigo sin condiciones  que siempre fue.

Con su muerte, se pone fin a una larga y fructífera carrera periodística  de más de cincuenta años,  en la que se incluye la dirección de casi todos los diarios de importancia del país.

¿Qué te parece Cuchito? frase que inmortalizara Rafael Rubí en las trasmisiones de la pelota profesional en los primeros años del béisbol con luces, marcó el inicio de una bien acreditada fama como periodista deportivo y comentarista del deporte rey.

Cuchito, sin embargo, estaría destinado a labores más importantes en el ramo del periodismo. 

Sirvió a su país como Director de Deportes en los años finales de la dictadura, para luego dedicarse en cuerpo y alma a su verdadera vocación  de  periodista.

Tuve con Cuchito una verdadera y estrecha relación familiar. A pesar de la diferencia de edad de diez años que nos separaba, tuve la oportunidad de tratarlo más que como tío, como hermano mayor.

Por eso, su desaparición física constituye una inseparable perdida. Soy el padrino de su hijo mayor, Jaime, y vi nacer, crecer  y formarse como hombres de valía a sus tres hijos,  Jaime, Mario y Emil,  a quienes más que primos considero mis sobrinos.

En estos momentos de tristeza que aflige a nuestra familia, quiero dar testimonio de la entereza con que mi comadre Matilde  ha enfrentado su dolor en la prolongada enfermedad de su compañero de toda la vida.

 Cuchito perdurará, y aunque ya no gozaremos de sus Cocteleras diarias, su vivencia y ejemplo de hombre de bien quedará para siempre entre nosotros.

Hasta luego, querido tío.