¿Adiós FMI?

¿Adiós FMI?

POR LUIS ML. PIANTINI
Algunos de los funcionarios políticos del gobierno han expresado su interés de que el Acuerdo con el  Fondo Monetario Internacional (FMI) que concluye el próximo mes de Enero sea el final de las relaciones de acuerdos financieros de dicho organismo con el país, por lo menos durante el próximo periodo de gobierno que se inicia el 16 de agosto del 2008.

Y enfatizo para el próximo periodo de gobierno, pues si lo va a ejercer el actual mandatario que es lo que indican los resultados de las encuestas, demostraría ser un fracaso de su política económica volver a un nuevo acuerdo financiero después del próximo 16 de mayo, al  despedir al actual con bombos y platillos. Y recuerde, que la peculiaridad de este país desde finales de la década de los setenta del pasado siglo, no es la de sostener políticas de estabilidad en el largo plazo.



El actual Acuerdo que se inicio en el 2005 y se va a prolongar durante 36 meses,  ha sido el mayor de los  éxitos de este gobierno, después de los rotundos fracasos del anterior en los Acuerdos de septiembre del 2003 y febrero del 2004.

Durante el 2003 la tasa de cambio que en marzo se encontraba en los 24 pesos por 1 dólar norteamericano, había superado en julio el 35×1, cayendo por debajo del 30X1 con el  inicio del Acuerdo con el FMI en la primera semana de septiembre, para acelerarse la devaluación del peso después de suspenderse el acuerdo por las compras de las EDES, hasta llegar al 56×1 en el mes de febrero del 2004.

¿Pasó algo adicional por el lado monetario o fiscal que provocara de nuevo esta aceleración de la devaluación? Nada peor de lo que ya había acontecido en los meses previos. ¿Que produjo, entonces esta aceleración? La desconfianza, por el rompimiento del acuerdo con el FMI, volvió a reinar con fuerza, atizada como ha sido costumbre por la campaña política, y polvoreada en esta ocasión por la enorme liquidez generada por los pasivos del Banco Central.

El resultado electoral del 16 de Mayo del 2004, favorable para el candidato opositor y adverso para el candidato- presidente sin Acuerdo con el FMI, provoco un resurgir de las esperanzas en la estabilidad, y gradualmente se fue revertiendo la tendencia  del proceso devaluatorio.

Del 49×1 en mayo 14, bajo al 42×1 en agosto 17, y al inicio del Acuerdo con el FMI en la primera semana de febrero del 2005 se había colocado en 29×1, cotizándose en 33×1 al finalizar julio del 2007. O sea en 2 años y medio la devaluación fue tan solo del 14%, porcentaje ligeramente inferior al de la inflación durante dicho periodo que fue del 16%.

Hay algunos que quieren hacerse los graciosos justificando la no continuación de un acuerdo, apelando al sambenito de un nacionalismo que para creerse debería de ser ejercido con dignidad y no palabrería barata ni hipocresía. Y cuando hablo de dignidad, hablo de honestidad, transparencia e institucionalidad entre otras cualidades que tiene que mostrar un país que se respete así mismo, y no en los últimos lugares como nos muestran todos los indicadores internacionales que se publican.

Cuando el Presidente Fernández gano las elecciones, la confianza que concitaba en la población y principalmente en los sectores empresariales frente a los desatinos del equipo gobernante saliente, le permitía darse el lujo de no llegar a ningún Acuerdo con el FMI, si de renovación de confianza se trataba para el retorno de los capitales fugados sobrevivientes de la catástrofe vivida.

Pero la duplicación de la deuda dejada por el gobierno anterior, característica nefasta de los gobiernos perredeístas con la excepción del cuatrienio 1982-86, aconsejaba reanudar el Acuerdo con el FMI para renegociar la deuda oficial con el Club de Paris, y buscarle una solución al nuevo polvorín heredado de los pasivos monetarios del Banco Central.

Con el logro de la renegociación se justifico el acuerdo, pero con el segundo objetivo los técnicos de dicho organismo internacional no dieron pie con bola y fue la tenacidad, optimismo y workalcoholismo (exceso de laboriosidad) de Héctor Valdez y su equipo técnico; aumentando los plazos de vencimiento de los certificados financieros del Banco Central y disminuyendo sus tasa de interés por la reducida tasa de inflación lograda, lo que ha permitido que se vaya mojando la pólvora y disminuya la potencialidad de una nueva catástrofe que afecte la estabilidad.

El desgaste en el ejercicio gubernamental va minando la popularidad de los gobiernos y aunque la del actual se mantiene elevada a pesar de 36 meses de cajeta por parte de la oposición que no le reconoce ni la seriedad frente al desparpajo del anterior; dado también, que durante el periodo preelectoral es una tradición demostrable en la cuenta de errores y omisiones las salidas de capitales temerosos y de que el mercado financiero internacional se encuentra recibiendo pequeños temblores que auguran conmociones mayores y  el elevado nivel de los pasivos monetarios que mantiene el Banco Central ; la PRUDENCIA aconseja, y el Presidente lo es en extremo,  que el país continué con un Acuerdo aunque sea de monitoreo con el FMI, ya que uno financiero no seria justificable dada la extraordinaria recuperación del paciente en todas sus pruebas de viabilidad financiera.

Hasta ahora el país ha logrado tasas de crecimiento promedio anual de alrededor del 10% dentro del Acuerdo con el FMI, lo que desmiente la falacia del nacionalismo trasnochado de que dichos Acuerdos son recesivos; el gobierno ha logrado aprobar tres reformas fiscales que le ha permitido duplicar los ingresos en 36 meses, dos de las cuales no habría sido posible sin el acuerdo, ya que la oposición en el Congreso con mayoría en los primeros 24 meses no las hubiese aprobado; el gobierno ha dispuesto la distribución del  gasto como le ha dado la gana tal y como lo demuestra el grito constante de la oposición sobre la construcción del metro, y logro reducir en montos importantes los pagos externos de la deuda aliviando los desembolsos en pesos; entonces, que es lo que tuvo de restrictivo y de entreguista para el gobierno dicho acuerdo?

El gobierno tiene recursos en exceso para disponer de sobra  durante el proceso electoral con Acuerdo, y gracias a este,  o sin Acuerdo, sin alterar la estabilidad; pero como la oposición sabe que la finalización del Acuerdo potencializaría el nivel de caída de las expectativas empresariales durante el periodo preelectoral, esta jugando a promover la renovación del Acuerdo porque sabe que el gobierno le llevaría la contraria. Y como solo el ahorcado conoce su soga; porque ya ellos vivieron ese suicidio, están incitando al gobierno a ser la próxima véctima del nuevo ahorcamiento; sin que haya culpabilidad alguna que lo pueda justificar, sino solo si triunfa la soberbia, la terquedad y el mal juicio.

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