La Secretaría de Administración Pública (SEAP) reconoció al programa “Juventud y Empleo” en la persona de su director José Luís Polanco, dentro de la celebración de la quinta entrega del “Premio Nacional a la Calidad y Reconocimiento a las Practicas Promisorias” por sus aportes a la construcción de una cultura de calidad en el país y específicamente en el sector público.

Romper con la discriminación social contra los jóvenes, elevar su autoestima y sacarlos del estado de inacción que propicia el pensamiento negativo y la depresión, son los retos principales que asume el programa Juventud y Empleo (PJyE) que desarrolla la Secretaría de Estado de Trabajo (SET) en todo el país.

El programa “Juventud y Empleo” fue reconocido recientemente por la UNESCO y el Banco Interamericano de desarrollo (BID), que cataloga al programa como Mejor Práctica en el Trabajo con y para los Jóvenes, por parte del Comité Organizador del proyecto Mejores Prácticas en Políticas y Programas de Juventud en América Latina y el Caribe.

José Luís Polanco, coordinador del Programa, recibió el galardón durante un acto de premiación realizado en el salón “Las Cariátides” del Palacio Nacional, donde además fueron  reconocidos otros servidores públicos por su buen desempeño en las labores que realizan dentro del sector gubernamental.

 “Quebrar la barrera existente e insertar los y las jóvenes al mercado laboral, exige la participación en un módulo de desarrollo de competencias básicas en el que se trabajan las capacidades de manera integral para desenvolverse en la vida personal y laboral”, aseguró Polanco.

“Este trabajo funciona, además, de manera preventiva, a fin de que los jóvenes no caigan en hechos delictivos, ayudándolos a enfrentar las situaciones de riesgos sociales y los comportamientos inadecuados que tienden a la reacción violenta, demostrando así menores conductas de riesgos cuando lo vinculamos con el ámbito laboral”, dijo.

Polanco explicó que Juventud y Empleo tiene alianzas con los programas EVA y PREPARA, pertenecientes a la educación Básica y Media, y explicó que “la cuota de 2,000 jóvenes que nos propusimos incluir en el Módulo de Desarrollo de Competencias Básicas (DCB) en un periodo de un año, fue alcanzada en menos de seis meses, con una reinserción a la educación formal de un 20%”.

La estandarización, el desarrollo de competencias básicas y la carga horaria (equivalente a cinco horas diarias) de este módulo, así como el aprovechamiento del Infotep, convierten a Juventud y Empleo en el único programa  con impacto experimental.

Un total de 225 horas en aula teórico-práctica, pasantía laboral de dos meses y medio y el concurso de los centros operativos donde se imparten los cursos, capacitan a estos jóvenes para entrar a la realidad del mercado laboral y quedarse. Así lo demuestra la sostenibilidad de los empleos en los que se insertan.