Administrar el tiempo

Administrar el tiempo

Lo primero que debes averiguar para administrar bien el tiempo es de cuanto dispones y para qué. Lo que  sugiere, que no tienes tiempo para todo, sino sólo para “lo importante”. Por ejemplo, hay que encontrar tiempo, siempre, para prestar el mejor servicio a los demás. Muchas otras cosas, que parecen importantes, pueden esperar. La familia, los amigos, el trabajo, el prójimo, necesitan a menudo de tu presencia y ayuda, y deberás  disponer de tiempo para dedicárselo.

La escasez del tiempo te  ha de llevar a no gastar inútilmente el tiempo propio, ni robar el tiempo ajeno innecesariamente. Esta de moda el ahorro de agua, energía, papel, cristal… bueno será empezar a no malgastar el tiempo.

Además, y ante tantas necesidades humanas, es bueno aprender a beneficiar a otros con el propio tiempo. Aprender a dar tiempo. Aunque no todo el tiempo que se da a los demás, generosamente, tiene la misma calidad. Donarlo sólo en función del bienestar en vez de darlo también en función del bien ser.

Hay que dar el tiempo necesario. Es decir, sin escatimar y sin prisas. Tiempo de calidad. Pero sin derrocharlo disipadamente. Muy importante es saber buscar y encontrar el tiempo oportuno. Darlo con intensidad, cuando es preciso, como si tratáramos de recuperar el tiempo perdido. Se suele perder, o hemos perdido mucho tiempo “durmiendo en los laureles”. Hay tiempos determinantes como el tiempo dedicado al trabajo, a la familia…y tiempos de enlace, que son los de preparación; los de espera, son aparentemente inútiles, pero se convierten en fundamentales si los utilizamos para concentrarnos y preparar bien nuestra disposición para los tiempos determinantes. La esencia de la administración personal consiste en organizar y ejecutar prioridades equilibradas y para ello,  requiereás establecer prioridades;  organizar las prioridades y  ejecutarlas. Recomiéndales llevar una agenda y tratar de cumplir lo pautado, enséñales cómo con tu propio ejemplo diario.

La clave

1. Enséñales con el ejemplo

Si les prometes llevarlos a comer o acompañarlos en un compromiso escolar es importante que cumplas y si no lo harás es mejor disculparte y no prometerlo, así les enseñerarás a ser responsables con tu propio comportamiento. Respeta el tiempo que les has dicho dispondrás para ellos, se honesto, come todo de tu plato, si les exiges que hagan lo mismo, así te respetarán y serán tu espejo.

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