Admirable capacidad de adaptación política

Admirable capacidad de adaptación política

La capacidad de adaptación de la humanidad a las cotidianidades, sobre todo cuando la mayor parte de las cosas les son adversas, es increíblemente grande. No importa lo que ocurra o las dificultades que a cada momento haya que sufrir. De una forma u otra, talvez por las precariedades en que la mayoría ha tenido que vivir desde la infancia, se adapta y acepta aún a regañadientes lo que sucede en su caso particular o vecindario, no importa a que actividad se dedique. Pero donde se pone a prueba esa inagotable capacidad, es precisamente en la política y en los partidos.

No han pasado sino tan solo semanas de la contienda electoral. Todavía ni siquiera se han recogido todos los materiales que los diferentes partidos y candidatos utilizaron en la campaña. Me imagino que todavía a algunos les quedan guardados materiales de publicidad que no utilizaron. Es probable que muchas  cuentas por pagar estén pendientes. Que gente a las que se les prometió salarios no hayan cobrado, pero sin embargo, ya las pilas están cargadas y dispuestas a iniciar la próxima batalla.

Como si nada hubiese ocurrido. A lo pasado, pasado. A esa capacidad de adaptación en el caso político, que se pudiera definir como un privilegio, puesto que al parecer no dejan sabores tan amargos como para causar decaimientos o depresiones,  habría que decir con preocupación, que si bien es cierto que la gente se levanta rápidamente de los resultados, por otra parte, podría ser la causa de que esa dinámica no permita ver más allá de las narices y que a su vez sea la causante de la falta de coherencia que en las más de las veces, nos ofrecen los políticos, tanto cuando gobiernan como cuando “practican” la oposición.

En cualquier actividad, de cualquier naturaleza, cuando un grupo realiza una propuesta, participa en un certamen, compite por un objetivo, al término de la jornada, o sea cuando se conocen los resultados, lo primero que se hace es una mirada retrospectiva.

Pero en el caso político dominicano, no ocurre así. Comenzando por el gobierno, que sin haber terminado el período de cuatro años, porque hay que recordar que este período habrá de concluir en agosto y sin embargo los funcionarios de todos los niveles hablan y actúan como si todavía estuvieran en campaña. Como si estuvieran preparando un nuevo escenario político electoral.

La oposición, especialmente el PRD, con esa admirable capacidad de sobreponerse a los resultados cuando está en la oposición, ha comenzado a dar muestras de que se olvidaron de lo que ocurrió hace tan solo semanas.

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