Admiran gesto de Adrian Beltré de jugar con tobillo muy lastimado

Admiran gesto de Adrian Beltré de jugar con tobillo muy lastimado

FILADELFIA.- El antesalista de los Dodgers no estaba deliberando un caso federal. El dominicano se encontraba sentado en una butaca en el medio del camerino de los visitantes en Filadelfia gozándose un juicio informal y jocoso de José Lima que le formaron sus compañeros de equipo.

Los Dodgers habían perdido cinco juegos corridos y Lima era acusado de comenzar la mala racha cuando cantó el himno nacional estadounidense antes del choque con los Cachorros de Chicago el 12 de mayo.

El receptor Paul Lo Duca actuaba como el fiscal. El guardabosque David Roberts era el abogado defensor. El espectáculo ayudaba al equipo a matar el tiempo antes de que tomaran el terreno para las prácticas previas al juego en el nuevo parque de los Filis.

Lima argumentaba su inocencia y miraba a Beltré, el líder de la escuadra, para asegurarse de que no hubiera un veredicto en su contra. Todos se rían de los intercambios entre los

protagonistas de la pequeña obra de teatro. No se declaró una sentencia esa tarde, pero Lima salió absuelto porque retó a sus acusadores a cantar el himno en frente de los fanáticos cuando el equipo regresara a California. Nadie aceptó la oferta del director de orquesta que ha producido dos discos compactos en su nombre. Cuatro días después del juicio, los Dodgers detuvieron su caída. Sufrieron ocho reveses en línea pero recobraron su forma a tiempo para mantenerse a un juego de distancia de la primera posición en la División Oeste de la Liga Nacional con récord de 24 21.

El «litigio» en contra de Lima era un buen ejemplo del refrán que dice «a mala hora buena cara».

Beltré ha estado haciendo eso toda está temporada. El nativo de Santo Domingo está obligado a tomar esa actitud hasta cuando los Dodgers ganan porque sufre un dolor agudo cada vez que da un pasó con su pie izquierdo. Uno de los huesos que forma su tobillo izquierdo tiene depósitos de calcio que imparten castigos cuando lo mueve.

«No hay manera de remediar el problema sin intervención quirúrgica», explicó Matt White, el Asistente de Terapia Física de los Dodgers . «Esperamos poder ayudarlo a que complete la temporada para luego resolver el problema en el invierno. Beltré tiene una alta tolerancia para el dolor».

«Sí, eso es verdad», admite el tercera base desde su casillero. «Tiene que ser algo bien fuerte para yo salir del lineup». Un vistazo de sus números está temporada no indica que Beltré padezca de una lesión. El líder de los Dodgers en cuadrangulares (11) y carreras impulsadas (31) estaba empatado con el paracorto César Izturis en partidos jugados con 44. Beltré no había fallado en participar en un partido de su equipo esta temporada hasta que su dirigente, Jim Tracy, le dio un descanso el 27 de mayo. Su habilidad de soportar el punzón que lo torturaba era tal que había conectado de hit en 27 de sus últimos 34 juegos.

Los que ven a Beltré jugar notan su dificultad al correr y en levantarse del terreno cuando se tira y apresa una bola. Sin embargo, la condición que imponía esas limitaciones no le impedía reseñar su florecimiento como pelotero.

«Él ha comenzado a desarrollar su potencial como un jugador estelar», comentó Manny Mota, uno de los coaches de los Dodgers cuando un reportero le preguntó sobre Beltré. «Tiene más conocimiento de lo que en realidad puede hacer como bateador. Tiene más experiencia. Se conoce más a sí mismo. Es más selectivo y toma más turnos de calidad. Busca mejores lanzamientos para batear y trata de batear sus lanzamientos y no los del pitcher».

Para Beltré su maduración no comenzó esta temporada, sino es parte de un desarrollo que le ha tomado seis años bajo la gran carpa. «No estoy haciendo nada nuevo. Estoy haciendo lo mismo que hice la temporada pasada», alude el toletero en referencia a la segunda mitad del 2003 cuando lideró a su equipo en cuadrangulares (17) y remolcadas (47) después del receso del Juego de Estrellas. La colección de bambinazos en su carrera también apoya su argumento. Con su segundo cuadrangular este año, se unió a Lou Gehrig y Cal Ripken Jr. para ocupar la trigésima sexta posición en la lista de peloteros que habían pegado por lo menos 100 jonrónes en las Grandes Ligas antes de los 25 años de edad. Dicha meta la alcanzó el 6 de abril, el

día antes de su cumpleaños.

El 2004 se está convirtiendo en un año importante para Beltré. En adición de sus logros en el terreno de juego, vio nacer a su hija Cassandra en febrero, y está cumpliendo la última temporada de su contrato. La agencia libre está a su alcance. «Dicen que los niños dan suerte», observó Mota. «Y esa niña le ha traído mucha suerte». Beltré desea que siga siendo así no obstante el dolor que lo ataca y le trata de quitar el ánimo.

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